miércoles, 1 de agosto de 2012

AlQeda


INDICE
CONTENIDO
Introducción
Mientras se acerca el noveno aniversario del 9/11, y la guerra contra el terrorismo sigue siendo librada y crece en ferocidad y geografía, parece aún más imperativo regresar a los acontecimientos de aquella fatídica mañana de septiembre y volver a examinar las razones de la guerra y la naturaleza del supuesto culpable, Al-Qaeda.Los acontecimientos del 9/11 impregnan la imaginación estadounidense y, de hecho la del mundo como un mito histórico. Los acontecimientos de ese día y los que conducen a ellos siguen siendo ampliamente desconocidos y poco comprensibles para el público general, aparte de las inquietantes imágenes repetidas hasta la saciedad en los medios. Los hechos y las problemáticas verdades de ese día se pierden en el folklore del mito del 9/11: que el mayor atentado perpetrado en suelo estadounidense fue orquestado por 19 musulmanes armados con navajas y urgidos por el fundamentalismo religioso, todos bajo la dirección de Osama bin Laden, el líder de una red terrorista global llamada Al Qaeda, con base en una cueva en Afganistán.
El mito barre los hechos y la compleja naturaleza del terror, al-Qaeda, el Imperio Estadounidense y, literalmente, desafía las leyes de la física. Como John F. Kennedy dijo una vez: “El mayor enemigo de la verdad no es la mentira – deliberada, artificial y deshonesta – sino el mito – persistente y dominante, y poco realista.”
Esta serie de tres partes sobre “La Anatomía Imperial de Al-Qaeda” examina los orígenes históricos y naturaleza geopolítica de lo que hoy conocemos como al-Qaeda, que es en realidad una red de inteligencia anglo-estadounidense de assets terroristas utilizados para promover los objetivos estadounidenses y de la OTAN en varias regiones del mundo.
La primera parte examina los orígenes de la red de espionaje conocida como Safari Club, que financió y organizó un conglomerado internacional de terroristas, el papel de la CIA en el tráfico global de drogas, el surgimiento de los talibanes y los orígenes de Al Qaeda.
El Safari Club
Tras la renuncia de Nixon como presidente, Gerald Ford se convirtió en el nuevo Presidente de Estados Unidos en 1974. Henry Kissinger permaneció como Secretario de Estado y Ford llevó a su administración dos nombres que vienen a jugar un papel importante en el futuro del Imperio Estadounidense: Donald Rumsfeld como jefe de gabinete de Ford, y Dick Cheney, como Asistente Adjunto al Presidente. El Vicepresidente era Nelson Rockefeller, hermano de David Rockefeller. Cuando Donald Rumsfeld fue ascendido a Secretario de Defensa, Dick Cheney, fue promovido a Jefe de Gabinete. Ford había designado también un hombre llamado George H.W. Bush como director de la CIA.
En 1976, se formó una coalición de agencias de inteligencia, que fue denominada Safari Club. Esto marcó la coordinación discreta y altamente secreta entre varias agencias de inteligencia, que se mantendría por décadas. Se formó en un momento en que la CIA estuvo involucrada en el escrutinio doméstico por el escándalo Watergate y una investigación del Congreso sobre actividades encubiertas de la CIA, lo que obligó a la CIA a volver más encubiertas sus actividades.
En 2002, el jefe de inteligencia saudí, príncipe Turki bin Faisal, dio un discurso en el que afirmó que, en respuesta a la necesidad de mayor discreción por parte de la CIA, “se unió a un grupo de países, con la esperanza de luchar contra el comunismo y estableció lo que se llamó Safari Club. En el Safari Club se encuentran Francia, Egipto, Arabia Saudita, Marruecos, y e Irán [bajo el Sha].” [1] Sin embargo, “El Safari Club necesitaba una red de bancos para financiar sus operaciones de inteligencia. Con la bendición oficial de George H. W. Bush como el jefe de la CIA”, el jefe de inteligencia saudita Kamal Adham, “transformó un pequeño banco comercial de Pakistán, el Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), en una máquina de lavado de dinero a nivel mundial, comprando bancos de todo el mundo para crear la mayor red de dinero clandestina en la historia.” [2]
Como director de la CIA, George H. W. Bush “cimentó sólidas relaciones con los servicios de inteligencia de Arabia Saudí y el sha de Irán. Trabajó estrechamente con Kamal Adham, jefe de la inteligencia saudita, hermano-cuñado del rey Faisal y uno de los primeros privilegiados del BCCI.” Adham había actuado previamente como un canal “entre [Henry] Kissinger y [el presidente egipcio] Anwar Sadat” en 1972. En 1976, Irán, Egipto y Arabia Saudita formaron el Safari Club “para llevar a cabo a través de sus propias agencias de inteligencia las operaciones que se volvían difíciles para la CIA”, que fueron organizadas en mayor medida por el jefe de la inteligencia francesa, Alexandre de Marenches [3].
El “Arco de Crisis” y la Revolución Iraní
Cuando Jimmy Carter fue elegido presidente en 1977, nombró a más de dos docenas de miembros de la Comisión Trilateral a su administración, que era un think tank internacional formado por Zbigniew Brzezinski y David Rockefeller en 1973. Brzezinski había invitado a Carter para unirse a la Comisión Trilateral, y cuando Carter fue elegido presidente, Brzezinski se convirtió en Asesor de Seguridad Nacional; Cyrus Vance, también miembro de la Comisión, se convirtió en Secretario de Estado, y Samuel Huntington, otro miembro de la Comisión, se convirtió en Coordinador de Seguridad Nacional y Adjunto a Brzezinski. El autor e investigador Peter Dale Scott merece mucho crédito por su análisis exhaustivo de los acontecimientos antes y durante la Revolución Iraní en su libro, “The Road to 9 / 11″ *, que proporciona gran parte de la información presentada a continuación.
Samuel Huntington y Zbigniew Brzezinski fueron a determinar la posición política estadounidense en la Guerra Fría y la política estadounidense-soviética que crearon se llamó “Cooperación y Competencia”, en la que Brzezinski insistirá en “cooperación” al hablar con la prensa, sin embargo, impulsando en privado la “competencia”. Así que, mientras el Secretario de Estado, Cyrus Vance, perseguía la distensión con la Unión Soviética, Brzezinski estuvo presionando por la supremacía estadounidense sobre la Unión Soviética. Brzezinski y Vance vendrían a estar en desacuerdo en casi cualquier tema. [4]
En 1978, Zbigniew Brzezinski, dio un discurso en el que declaró: “Un arco de crisis se extiende a lo largo de las costas del Océano Índico, con frágiles estructuras sociales y políticas en una región de importancia vital para nosotros amenaza por la fragmentación. El caos político resultante podría ser ocupado por elementos hostiles a nuestros valores y con amables con nuestros adversarios.” El Arco de Crisis se extendía desde Indochina hasta el sur de África, aunque, más concretamente, el área de especial interés fueron “las naciones que se extienden a través del flanco sur de la Unión Soviética desde el subcontinente indio a Turquía, y hacia el sur a través de la Península Arábiga hasta el Cuerno de África.” Además, el “centro de gravedad de este arco es Irán, el cuarto mayor productor de petróleo y por más de dos décadas un reducto de la fuerza militar y económica estadounidense en el Medio Oriente. Ahora parece que el reinado de 37 años de Shah Mohammed Reza Pahlavi está casi acabado, terminado por meses de crecientes desórdenes civiles y revolución.” [5]
Con el descontento creciente en la región, “Estaba la idea de que las fuerzas islámicas podrían ser utilizadas contra la Unión Soviética. La teoría era que existía un Arco de Crisis, y así un Arco del Islam podría ser movilizado para contener a los soviéticos. Era un concepto de Brzezinski.” [6] Un mes antes de discurso de Brzezinski, en noviembre de 1978, “el presidente Carter nombró al miembro del grupo Bilderberg, George Ball, otro miembro de la Comisión Trilateral, a la cabeza de un grupo de trabajo especial de la Casa Blanca sobre Irán en el marco del Consejo de Seguridad Nacional de Brzezinski.” Asimismo, “Ball recomendó que Washington dejara de apoyar al Sha de Irán y apoyara la oposición del fundamentalismo islámico del Ayatolá Jomeini.” [7] La visita de George Ball a Irán fue una misión secreta. [8]
A lo largo de 1978, el Shah tenía la impresión de que “el gobierno de Carter estaba conspirando para derrocar su régimen.” En 1978, la Reina y la esposa de Shah, dijo a Manouchehr Ganji, un ministro en el gobierno del Shah, que, “Yo quería decirle que los estadounidenses están maniobrando para derrocar al Sha”, y continuó diciendo que creía “que incluso quieren derrocar al régimen.” [9] El embajador de Estados Unidos en Irán, William Sullivan, pensaba que la revolución tendría éxito, y le dijo a esto a Ramsey Clark, ex fiscal general de Estados Unidos bajo la Administración Johnson, así como al profesor Richard Falk, cuando estaban visitando a Sullivan en Irán en 1978. Clark y Falk luego se fueron de Irán a París, para visitar a Jomeini, que estaba allí en el exilio. Bill James, un asesor de Carter, opinó que, “un movimiento religioso traído con asistencia de los Estados Unidos sería un amigo natural de los Estados Unidos.” [10]
También es interesante el hecho de que la británica BBC emitió programas a favor de Jomeini en idioma persa diariamente en Irán, como una forma sutil de propaganda, que “le dio credibilidad a la percepción de apoyo estadounidense y británico a Jomeini.” [11] La BBC se negó a dar al Sha una plataforma para responder, y “[r]epetidos llamados personales del Sha a la BBC no consiguieron ningún resultado.” [12]
En la reunión de mayo 1979 del Grupo Bilderberg, Bernard Lewis, un historiador británico de gran influencia (por tanto, con membresía de Bilderberg), presentó una estrategia británico-estadounidense que, “avaló el movimiento radical Hermandad Musulmana detrás de Jomeini, con el fin de promover la balcanización musulmana de todo el Cercano Oriente a lo largo de líneas religiosas y tribales. Lewis sostuvo que el Occidente debía alentar a los grupos autónomos, como los kurdos, armenios, maronitas libaneses, coptos etíopes, turcos de Azerbaiyán, y así sucesivamente. El caos se extendería en lo que denominó un “Arco de Crisis”, que podría extenderse a las regiones musulmanas de la Unión Soviética.” [13] Además, se evitaría la penetración de la influencia soviética en el Medio Oriente, puesto que la Unión Soviética era vista como un imperio del ateísmo y de la falta de dios: esencialmente un imperio secular e inmoral, que trataría de imponer el laicismo en todos los países musulmanes. Así que el apoyo a grupos radicales islámicos significaría que sería menos probable que Unión Soviética tuviese influencia o relaciones con países del Medio Oriente, lo que convertiría a Estados Unidos en un candidato más aceptable para el desarrollo de relaciones.
Un artículo de 1979 en Foreign Affairs, la revista del Council on Foreign Relations, describió el Arco de Crisis, señalando que, “El Medio Oriente constituye su núcleo central. Su posición estratégica es sin igual: es la última región importante del mundo libre, directamente pegada a la Unión Soviética, que posee en su subsuelo cerca de tres cuartas partes de las reservas probadas y estimadas de petróleo, y es el lugar de uno de los más grandes conflictos insolubles del siglo XX: el del sionismo contra el nacionalismo árabe.” Se pasó a explicar que la política estadounidense de posguerra en la región se centró en la “contención ” de la Unión Soviética, así como en el acceso al petróleo de la región. [14] El artículo continuó, explicando que la “división más evidente” en el Oriente Medio es, “la que separa la franja norte (Turquía, Irán, Afganistán) del núcleo árabe”, y que, “Después de la Segunda Guerra Mundial, Turquía e Irán fueron los dos países más inmediatamente amenazados por el expansionismo soviético y la subversión política territorial.” [15] En última instancia, “la zona norte fue asegurada por un compromiso serio y sostenido de Estados Unidos para salvarla de compartir el destino de Europa del Este.” [16]
Mientras Jomeini estaba en París antes de la Revolución, un representante del Presidente de Francia organizó un encuentro entre Jomeini y las “potencias del mundo actual”, en el que Jomeini hizo ciertas exigencias, tales como, “la expulsión del sha de Irán y ayudar a evitar un golpe de Estado del Ejército iraní.” Las potencias occidentales, sin embargo, “estaban preocupadas por el empoderamiento y penetración de la Unión Soviética y una interrupción en el suministro de petróleo de Irán hacia Occidente. Jomeini dio las garantías necesarias. Estas reuniones y contactos tenían lugar en enero de 1979, justo unos días antes de la Revolución Islámica en febrero de 1979.” [17] En febrero de 1979, Jomeini fue trasladado en avión desde París en un vuelo de Air France, para regresar a Irán, “con la bendición de Jimmy Carter.” [18] El Ayatola Jomeini nombró a Mehdi Bazargan como primer ministro del Gobierno Revolucionario Provisional el 4 de febrero de 1979. Como Jomeini había exigido durante su reunión de París en enero de 1979, que las potencias occidentales debían ayudar a evitar un golpe de estado por parte del Ejército iraní; en ese mismo mes, la administración Carter, bajo la dirección de Brzezinski, había comenzado a planificar un golpe militar. [19]
¿Podría haber sido planeado en caso de que Jomeini fuese derrocado, Estados Unidos pudiese restablecer rápidamente el orden, tal vez incluso colocar a Jomeini nuevamente en el poder? Curiosamente, en enero de 1979, “mientras el sha estaba a punto de salir del país, el segundo comandante estadounidense en la OTAN, el General Huyser, llegó y en un plazo de un mes se reunió constantemente con los líderes militares iraníes. Su influencia puede haber sido importante sobre la decisión de los militares de no intentar un golpe de estado y finalmente a ceder ante las fuerzas de Jomeini, especialmente si en los informes de prensa se precisa que él u otros amenazaron con suspender los suministros militares, si se intentaba un golpe de estado.” [20] Ningún golpe de Estado se llevó a cabo posteriormente, y Jomeini llegó al poder como Ayatolá de la República Islámica de Irán.
Mientras aumentaban las tensiones entre la población de Irán, Estados Unidos envió “asesores de seguridad” a Irán para presionar al SAVAK del sha (policía secreta) a aplicar “una política de represión cada vez más brutal, de una manera calculada para maximizar la antipatía popular al Shah.” La administración Carter también comenzó a criticar públicamente los abusos de derechos humanos del Shah. [21] El 6 de septiembre de 1978, el Shah prohibió las manifestaciones, y al día siguiente, entre 700 y 2.000 manifestantes fueron muertos a tiros, después de que “Brzezinski aconsejara ser firmes.” [22]
El embajador estadounidense ante la ONU, Andrew Young, un miembro de la Comisión Trilateral, dijo que, “Jomeini finalmente será aclamado como un santo”, y el embajador estadounidense en Irán, William Sullivan, dijo: “Jomeini es una figura al estilo Gandhi”, mientras el asesor de Carter, James Bill, dijo que Jomeini era un hombre de “integridad y honestidad impecables.” [23]
El Shah estaba también muy enfermo a finales de 1978 y principios de 1979. Así que el Sha huyó de Irán en enero de 1979 a las Bahamas, lo que permitió que la revolución tuviera lugar. Es especialmente interesante entender la relación entre David Rockefeller y el Sha de Irán. El asistente personal de David Rockefeller, Joseph V. Reed, había sido “asignado para manejar las finanzas del shah y sus necesidades personales”, Robert Armao, que trabajó para el vicepresidente Nelson Rockefeller, fue enviado a “actuar como agente de relaciones públicas y lobista del shah”; y Benjamín H. Kean, “un viejo asociado del presidente del Chase Manhattan Bank, David Rockefeller” y “médico personal de David Rockefeller”, fue enviado a México cuando el sha estaba allí, y advirtió que “debía ser tratado en un hospital estadounidense.” [24]
Es importante señalar que los intereses de Rockefeller “habían dirigido la política estadounidense en Irán desde el golpe de la CIA de 1953.” [25] A raíz del vuelo del Sha de Irán, hubo aumento de las presiones dentro de Estados Unidos por parte de un puñado de personas poderosas que querían admitir al Shah en los Estados Unidos. Estos individuos eran Zbigniew Brzezinski, el ex secretario de Estado Henry Kissinger, John J. McCloy, estadista y ex alto miembro del Grupo Bilderberg, la Comisión Trilateral y el Council on Foreign Relations, quien también era abogado del Chase Manhattan, y por supuesto, David Rockefeller [26].
El Chase Manhattan Bank tenía más intereses en Irán que cualquier otro banco estadounidense. De hecho, el Shah había “ordenado que todas las grandes cuentas operativas de su gobierno estuvieran en el Chase y que las letras de crédito para la compra de petróleo se manejaran exclusivamente a través de Chase. El banco también se convirtió en el agente y gestor principal de muchos de los préstamos a Irán. En pocas palabras, Irán se convirtió en la joya de la corona del portafolio de la banca internacional del Chase.” [27]
El gobierno iraní provisional, encabezado por el primer ministro Bazargan, se derrumbó en noviembre de 1979, cuando rehenes iraníes se tomaron la Embajada de Estados Unidos en Teherán. Sin embargo, hay mucho más en este caso de lo que pareciera. Durante el tiempo del gobierno interino (febrero de 1979 a noviembre de 1979), se llevaron a cabo varias acciones que amenazaron a algunos intereses muy poderosos que habían ayudado al Ayatolá a tomar el poder.
El Chase Manhattan Bank se enfrentó a una crisis de liquidez puesto que había miles de millones en préstamos dudosos a Irán canalizados a través de Chase. [28] Varios de los préstamos de Chase eran “posiblemente ilegales bajo la constitución iraní.” [29] Además, en febrero de 1979, una vez que el gobierno interino se puso en el poder, comenzó a tomar “medidas para comercializar su petróleo con independencia de las grandes compañías petroleras occidentales.” Además, el gobierno interino “quería que el Chase Manhattan devolviera los activos iraníes, que Rockefeller tenía en más de mil millones de dólares en 1978, aunque algunas estimaciones fueron mucho mayores”, lo que podría haber “creado una crisis de liquidez del banco que ya hacía frente a problemas financieros.” [30]
Con la toma de la embajada americana en Irán, el presidente Carter tomó medidas para congelar los activos financieros iraníes. Como David Rockefeller escribió en su libro, “la “congelación” de Carter de los activos oficiales iraníes protegió nuestra posición [del Chase Manhattan], pero nadie en el Chase desempeñó un papel en convencer a la Administración para hacerlo.” [31]
En febrero de 1979, Irán había estado tomando “medidas para comercializar su petróleo con independencia de las grandes compañías petroleras occidentales. En 1979, como en 1953, la congelación de los activos iraníes hizo esta intervención más difícil.” [32] Esto fue significativo para el Chase Manhattan no sólo a causa de la interacción muy estrecha de la junta con aquellos en las compañías petroleras, por no mencionar al propio Rockefeller, que es patriarca de la familia cuyo nombre es sinónimo de petróleo, sino también porque el Chase se encargó exclusivamente de todas las letras de crédito para la compra de petróleo iraní [33].
El Sha al ser aceptado en Estados Unidos, bajo la presión pública de Henry Kissinger, Zbigniew Brzezinski y David Rockefeller, precipitó la crisis de los rehenes, ocurrida el 4 de noviembre. Diez días después, Carter congeló todos los activos iraníes en bancos estadounidenses, por consejo de su Secretario de Hacienda, William Miller. Miller solo parecía tener vínculos con el Chase Manhattan Bank [34].
Aunque el Chase Manhattan se benefició directamente de la incautación de los activos iraníes, la justificación de la incautación, así como los acontecimientos que condujeron a ella, como un papel oculto de los anglo-estadounidenses detrás de la revolución iraní, trayendo al Sha a Estados Unidos, lo que precipitó la crisis de los rehenes, no pueden ser relegados al beneficio personal de Chase. Había diseños más grandes detrás de esta crisis. Así que la crisis iraní de 1979 no puede ser simplemente realizada como un impulso de la operación del momento, sino que debe considerarse más bien como acciones tomadas rápidamente en una oportunidad percibida. La oportunidad fue el creciente descontento dentro del Irán del Shah, las acciones rápidas fueron empujar secretamente al país hacia la Revolución.
En 1979, “restringiendo de manera efectiva el acceso de Irán al mercado mundial de crudo, la congelación de activos de Irán se convirtió en un factor importante en el aumento de los altos precios del petróleo de 1979 y 1981.” [35] Además de esto, en 1979, la British Petroleum canceló importantes contratos petroleros para el suministro de petróleo, que junto con las cancelaciones adoptadas por el Royal Dutch Shell, llevaron el precio del petróleo subir más alto. [36] Con la primera gran alza del precio del petróleo en 1973 (empujado por el Secretario de Estado estadounidense, Henry Kissinger), el Tercer Mundo se vio obligado a pedir préstamos a bancos estadounidenses y europeos para financiar el desarrollo. Con la segunda crisis de los precios del petróleo de 1979, la Reserva Federal estadounidense, con Paul Volcker como con su nuevo Presidente, (él mismo que se había hecho una carrera con David Rockefeller en el Chase Manhattan), aumentó dramáticamente las tasas de interés del 2% a finales de los años 70 a un 18% en los años 80. Las naciones en desarrollo no podían permitirse el lujo de pagar estos intereses en sus préstamos, y por lo tanto la crisis de deuda de 1980 se extendió por todo el Tercer Mundo, con el FMI y el Banco Mundial viniendo al rescate “con sus Programas de Ajuste Estructural (PAE), que aseguraban el control de Occidente sobre las economías del mundo en desarrollo [37].
Encubiertamente, Estados Unidos ayudó a un gobierno radical islamista a llegar al poder en Irán, “el centro del Arco de Crisis”, e inmediatamente suscitó conflictos y guerras en la región. Cinco meses antes de que Irak invadiera a Irán, en abril de 1980, Zbigniew Brzezinski declaró abiertamente la voluntad de Estados Unidos para trabajar en estrecha colaboración con Irak. Dos meses antes de la guerra, Brzezinski se reunió con Saddam Hussein en Jordania, donde dio su apoyo a la desestabilización de Irán. [38] Mientras que Saddam se encontraba en Jordania, también se reunió con tres altos agentes de la CIA, que lo que fue organizado por el Rey Hussein de Jordania. Luego fue a reunirse con el rey Fahd de Arabia Saudí, a quien le informó de sus planes para invadir Irán, y luego se reunió con el Rey de Kuwait para informarle lo mismo. Se ganó el apoyo de Estados Unidos, y el apoyo financiero y armas de los países árabes productores de petróleo. Las armas a Irak se canalizaron a través de Jordania, Arabia Saudita y Kuwait. [39] La guerra se extendió hasta 1988 y tuvo como resultado más de un millón de muertes.
Este fue el surgimiento de la “estrategia de tensión” en el “Arco de Crisis”, en particular, el apoyo encubierto (ya sea en armamento, entrenamiento o financiación) de los elementos islámicos radicales para fomentar la violencia y el conflicto en una región. Es la vieja táctica imperial del “divide y vencerás”: poner a los pueblos unos contra otros para que no puedan unir fuerzas contra el poder imperial. Esta violencia e islamismo radical proporcionarían el pretexto para que Estados Unidos y sus aliados imperiales pudieran participar en la guerra y la ocupación en la región, al tiempo que aseguraron sus vastos intereses económicos y estratégicos.
El “Arco de Crisis” en Afganistán: El Safari Club en acción
En 1978, el gobierno progresista de Taraki en Afganistán gestionó hasta sufrir la ira de los Estados Unidos debido a “su política económica igualitaria y colectivista.” [40] El gobierno afgano fue principalmente visto en Occidente como “comunista” y por lo tanto, una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. El gobierno, llevó a cabo, sin embargo, políticas favorables y compromisos con la Unión Soviética, pero no era un gobierno comunista.
En 1978, cuando el nuevo gobierno llegó al poder, casi de inmediato Estados Unidos comenzó secretamente financiar a grupos rebeldes a través de la CIA. [41] En 1979, Zbigniew Brzezinski trabajó de cerca con su ayudante de la CIA, Robert Gates (quien es actualmente Secretario de Defensa), en cambiar la política islámica del presidente Carter. Como Brzezinski, dijo en entrevista de 1998 con una publicación en Francia:
Según la versión oficial de la historia, la ayuda de la CIA a los muyaidines empezó en 1980, es decir, después de que el ejército soviético invadió Afganistán, el 24 de diciembre 1979. Pero la realidad, secretamente guardada hasta ahora, es completamente la contraria: De hecho, fue el 3 de julio de 1979 que el presidente Carter firmó la primera directiva para la ayuda secreta a los opositores al régimen pro-soviético en Kabul. Y ese mismo día, escribí una nota al presidente en la que le expliqué que en mi opinión esta ayuda iba a inducir a una intervención militar soviética [42].
Brzezinski profundizó, diciéndolo “a sabiendas de la creciente probabilidad de que [los] soviéticos invadieran”, y recordó por escrito a Carter en el día de la invasión soviética que, “Ahora tenemos la oportunidad de dar a la URSS su guerra de Vietnam. De hecho, durante casi 10 años, Moscú tuvo que llevar a cabo una guerra insostenible para el gobierno, un conflicto que llevó a la desmoralización y finalmente la desintegración del Imperio Soviético.” Cuando se le preguntó por las repercusiones de dicha ayuda en incentivar el ascenso del fundamentalismo islámico, Brzezinski respondió: “¿Qué es más importante para la historia del mundo? ¿Los talibanes o el colapso del Imperio Soviético? ¿Algunos musulmanes agitados o la liberación de Europa Central y el fin de la Guerra Fría? “[43]
Como el autor Peter Dale Scott señala en, The Road to 9/11:*
Durante generaciones, tanto en Afganistán como en las repúblicas soviéticas musulmanas, la forma dominante del Islam había sido local y mayor medida sufí. La decisión de trabajar con los servicios secretos de Arabia Saudita y Pakistán hizo que miles de millones de dólares de la CIA y Arabia en última instancia, fueran destinado a los programas que ayudaron a fortalecer al jihadismo globalista y wahhabístico que se asocian hoy con Al Qaeda [44].
Hafizullah Amin, un alto funcionario en el gobierno de Taraki, que muchos creían, era un activo de la CIA, orquestó un golpe de Estado en septiembre de 1979, y “ejecutó a Taraki, detuvo las reformas, y asesinó, encarceló o exilió a miles de partidarios de Taraki mientras se movía hacia el establecimiento de un Estado fundamentalista islámico. Pero en plazo de dos meses, fue derrocado por los restos del PPD incluidos elementos dentro del ejército.” [45] Los soviéticos también intervino con el fin de sustituir a Amin, quien era visto como “impredecible y extremista” respecto al “más moderado Karmal Barbak.” [46]
La invasión soviética impulsó entonces al establishment de seguridad nacional estadounidense a llevar a cabo la mayor operación encubierta de la historia. Cuando Ronald Reagan remplazó a James Carter en 1981, la ayuda encubierta a los muyahidines afganos no sólo continuó en el camino trazado por Brzezinski, sino que se aceleró rápidamente, al igual que la estrategia global en el “Arco de Crisis”. Cuando Reagan llegó a ser Presidente, su Vicepresidente sería George H. W. Bush, quien, como director de la CIA durante la Administración Ford, había ayudado a establecer la red de inteligencia Safari Club y el Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI) en Pakistán. En la campaña “para ayudar a los rebeldes afganos… El BCCI emergió claramente como un activo de inteligencia estadounidense”, y el Director de la CIA “Casey comenzó a utilizar el exterior – a los saudíes, paquistaníes, BCCI – para ejecutar lo que no podían pasar por el Congreso. [El presidente del BCCI] Abedi tenía el dinero para ayudar”, y el director de la CIA se había “reunido en repetidas ocasiones” con el presidente del BCCI [47].
Así, en 1981, el Director de la CIA, Casey, trabajó con el príncipe saudí Turki bin Faisal quien dirigió la agencia de inteligencia saudí GID, y el ISI pakistaní “para crear una legión extranjera de musulmanes jihadistas o los así llamados Árabes Afganos”. Esta idea fue “originada en la élite del Safari Club que había sido creado por jefe de inteligencia francés Alexandre de Marenches.” [48]
En 1986, la CIA respaldó un plan del ISI paquistaní “para contratar a personas de todo el mundo para unirse a la jihad afgana.” Subsecuentemente:
Más de 100.000 militantes islámicos fueron entrenados en Pakistán entre 1986 y 1992, en campamentos supervisados por la CIA y el MI6, con el SAS [fuerzas especiales británicas] entrenando a los futuros Al-Qaida y el Talibán en la fabricación de bombas y otras artes negras. Sus líderes fueron entrenados en un campamento de la CIA en Virginia. Esto fue denominado Operación Ciclón y continuó mucho tiempo después de que los soviéticos se retiraron en 1989 [49].
Los fondos de la CIA para las operaciones, “fueron canalizados a través del general Zia y el ISI pakistaní.” [50] Curiosamente, Robert Gates, quien se desempeñó anteriormente como asistente de Brzezinski en el Consejo de Seguridad Nacional, se quedó en la Administración Reagan-Bush como asistente ejecutivo al Director de la CIA, Casey, y actualmente es el Secretario de Defensa.
El Tráfico Global de Drogas y la CIA
Como una faceta central de la financiación encubierta y la formación de los muyahidines afganos, el rol del tráfico de drogas se vuelve inestimable. El tráfico global de drogas ha sido utilizado por los imperios, para el abastecimiento y la financiación del conflicto con objeto de facilitar la dominación imperial.
En 1773, el gobernador colonial británico en Bengala “estableció un monopolio colonial sobre la venta de opio.” Como Alfred W. McCoy explicaba en su libro magistral, The Politics of Heroin:
A medida que la East India Company expandía la producción, el opio se convirtió en la principal exportación de la India. [...] En los próximos 130 años, Gran Bretaña promovió activamente la exportación de opio indio a China, desafiando las leyes chinas de drogas y peleo dos guerras para abrir el mercado chino de opio a sus comerciantes. Usando su poder militar y mercantil, Gran Bretaña jugó un papel central en hacer de China un gran mercado de drogas y en la aceleración del cultivo de opio en China. En 1900 China tenía 13,5 millones adictos consumiendo 39.000 toneladas de opio. [51]
En Indochina en la década de 1940 y 50, los servicios de inteligencia franceses, “permitieron el comercio de opio para sobrevivir a los esfuerzos de supresión del gobierno”, y posteriormente, “las actividades de la CIA en Birmania ayudaron a transformar los estados Shan de una zona relativamente menor del cultivo de amapolas en la mayor región de cultivo de opio en el mundo.” [52] La CIA realizó esto mediante el apoyo del ejército del Kuomintang (KMT) en Birmania para una invasión de China, y facilitó la monopolización y expansión del comercio de opio, lo que permitió que el KMT permaneciera en Birmania hasta un golpe de Estado en 1961, cuando fueron expulsados hacia Laos y Tailandia. [53] La CIA posteriormente jugó un papel muy importante en la facilitación del tráfico de drogas en Laos y Vietnam en los años 1960 y en la década de 1970 [54].
Fue durante la década de 1980 que “la guerra encubierta de la CIA en Afganistán transformó a Asia Central de una zona autónoma de opio en un importante proveedor de heroína para el mercado mundial”, ya que:
Hasta finales de 1970, los agricultores tribales en las montañas de Afganistán y Pakistán cultivaban cantidades limitadas de opio y lo vendían a caravanas de mercaderes vinculados al oeste de Irán y al este de la India. En sus diez años de guerra encubierta contra la ocupación soviética de Afganistán, las operaciones de la CIA proporcionaron la protección política y los vínculos de logística que incorporaron los campos de amapola de Afganistán a los mercados de heroína de Europa y América. [55]
En 1977, el general Zia Ul Haq en Pakistán dio un golpe militar, “impuso un severo régimen de ley marcial”, y ejecutó al ex presidente Zulfiqar Ali Bhutto (el padre de Benazir Bhutto). Cuando Zia llegó al poder, el ISI pakistaní era una “unidad de inteligencia militar menor”, pero, bajo el marco de “consejo y asistencia de la CIA”, el general Zia transformó al ISI “en una unidad encubierta de vasto alcance y lo convirtió en el brazo fuerte de su régimen de ley marcial. “[56]
El dinero de la CIA y los saudíes no llegó sólo a las armas y la formación de los muyahidines, sino también al tráfico de drogas. El presidente paquistaní Zia-ul-Haq nombró al general Fazle Haq como gobernador militar del noroeste de la Provincia Fronteriza del Pakistán (NWFP), a quien “consultó con Brzezinski el desarrollo de un programa de resistencia afgana”, y que se convirtió en un activo de la CIA. Cuando el Director de la CIA, Casey, o el vicepresidente George H. W. Bush revisaron la operación de la CIA de Afganistán, fueron a ver Haq, quien en 1982, fue considerado por la Interpol como un narcotraficante internacional. Haq trasladó gran parte del dinero de los narcóticos a través del BCCI [57].
En mayo de 1979, antes de la invasión de diciembre de la Unión Soviética en Afganistán, un enviado de la CIA se reunió con líderes de la resistencia afgana en una reunión organizada por el ISI. El ISI “que ofreció al enviado de la CIA una alianza con su propio cliente afgano, Gulbuddin Hekmatyar,” quien encabezó un pequeño grupo guerrillero. La CIA aceptó, y durante la siguiente década, la mitad de la ayuda de la CIA fue a las guerrillas de Hekmatyar. [58] Hekmatyar se convirtió en el principal señor de la droga de los muyahidines en Afganistán, y desarrollaron un “complejo de seis laboratorios de heroína en una zona controlada por el ISI en Baluchistán (Pakistán).” [59]
Posteriormente, Estados Unidos, a través de la década de 1980, en conjunto con Arabia Saudita, dio a Hekmatyar más de mil millones de dólares en armamento. Inmediatamente, la heroína de Afganistán comenzó a fluir hacia los Estados Unidos. En 1980, las muertes relacionadas con las drogas en Nueva York se elevaron un 77% desde 1979. [60] En 1981, los jefes del narcotráfico en Pakistán y Afganistán suministraban el 60% de la heroína en Estados Unidos. Camiones que entraban a Afganistán con las armas la CIA volvían desde Pakistán con heroína “protegida de las búsquedas policiales por papeles del ISI.” [61]
Haq, el activo de la CIA en Pakistán, “también explotó el tráfico de drogas”, en donde el banco BCCI “estaba completamente involucrado.” En la década de 1980, la CIA insistió en que el ISI creara “una celda especial para el uso de heroína en acciones encubierta.” Profundizando:
Esta célula promovió el cultivo de opio y la extracción de heroína en territorio paquistaní, así como en el territorio afgano bajo control de los muyahidines para ser introducida de contrabando en las zonas de control soviéticas a fin de volver adictos a la heroína a las tropas soviéticas [62].
Este plan se originó al parecer por sugerencia del jefe de inteligencia francés y fundador del Safari Club, Alexandre de Marenches, quien lo recomendó al Director de la CIA, Casey [63].
En la década de 1980, fue emprendido por Estados Unidos un programa para financiar la propaganda muyahidín en libros de texto para las escuelas afganas. Estados Unidos dio a los muyahidines 43 millones de dólares en ayudas “no letales” para el proyecto de libros de texto solamente, la que fue otorgada por USAID: “La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional [USAID] coordinó su trabajo con la CIA, que dirigía el programa de armas”, y “El gobierno estadounidense le dijo a la AID que permitiera a los jefes de guerra afganos decidir parte del currículo y el contenido de los libros de texto.” [64]
Los libros de texto se “llenaron de imágenes violentas y enseñanzas islámicas militantes,” y “se llenaron de dibujos la yihad y de armas de fuego, balas, soldados y minas.” Incluso después de la guerra encubierta de la década de 1980, los libros de texto “han servido desde entonces, como plan de estudios básico del sistema educativo afgano. Incluso los talibanes utilizaron los libros producidos por los estadounidenses”. Los libros fueron desarrollados a través de una donación de USAID a la “Universidad de Nebraska-Omaha y su Centro de Estudios de Afganistán”, y cuando los libros fueron introducidos de contrabando en Afganistán a través de los jefes militares regionales, “A los niños se les enseñó a contar con ilustraciones que muestran tanques, misiles y minas terrestres”. La USAID detuvo esta financiación en 1994 [65].
El Ascenso de los Talibanes
Cuando los soviéticos se retiraron de Afganistán en 1989, los combates continuaron entre el gobierno afgano apoyado por la URSS y los muyahidines respaldados por Estados Unidos, Arabia Saudí y Pakistán. Cuando la Unión Soviética se derrumbó en 1991, también lo hizo su ayuda al gobierno afgano, que fue derrocado en 1992. Sin embargo, la lucha casi de inmediato se desató entre las facciones rivales que competían por el poder, incluyendo a Hekmatyar.
A principios de 1990, un oscuro grupo de “campesinos pashtunes” se había convertido en una poderosa fuerza militar y política en Afganistán, conocida como los talibanes. [66] Los talibanes “emergieron como una pequeña fuerza de milicias operando cerca de la ciudad de Kandahar durante la primavera y verano de 1994, llevando a cabo los ataques de emboscada contra caudillos menores.” A medida que el descontento creciente con los caudillos creció, también lo hizo la reputación de los talibanes [67].
Los talibanes contrajeron una alianza con el ISI en 1994, y a lo largo de 1995, la relación entre los talibanes y el ISI acelerado y “se convirtió en una alianza militar más y más directa.” Los talibanes en última instancia se convirtieron en “un activo de la ISI” y “un cliente del ejército pakistaní.” [68] Además, “Entre 1994 y 1996, Estados Unidos apoyó a los talibanes políticamente a través de sus aliados Pakistán y Arabia Saudita, esencialmente porque Washington considera a los talibanes como anti-iraníes, anti-chiíes, y pro-occidentales”. [69]
Selig Harrison, un erudito del Woodrow Wilson International Center for Scholars y “un destacado experto estadounidense en el sur de Asia”, dijo en una conferencia en la India que la CIA trabajó con Pakistán para crear a los talibanes. Harrison tiene “amplios contactos” con la CIA, puesto que “él se reunió con los líderes de la CIA en el momento en que las fuerzas islámicas se estaban fortaleciendo en Afganistán”, mientras que él era un asociado senior de la Carnegie Endowment for International Peace. Como revelara en 2001, “La CIA todavía tiene vínculos estrechos con el ISI.” [70] En 1996, los talibanes tenían el control de Kandahar, pero aún así continuaba la lucha y la inestabilidad en el país.
Osama y Al-Qaeda
Entre 1980 y 1989, aproximadamente 600 millones dólares pasaron a través de organizaciones de caridad de fachada de Osama bin Laden, específicamente el Maktab al-Khidamat (MAK), también conocido como Al-Kifah. Todo el dinero se originó de donantes ricos de Arabia Saudita y otras áreas en el Golfo Pérsico, y fue canalizado a través de sus frentes de la caridad para armar y financiar a los muyahidines en Afganistán. [71]
En la década de 1980, las Fuerzas Especiales Británicas (SAS) estuvieron entrenando muyahidines en Afganistán, así como en campamentos secretos en Escocia, y el recibía en mayor medida SAS órdenes de la CIA. La CIA también, indirectamente, comenzó a armar a Osama bin Laden. [72] La fachada de caridad de Osama bin Laden, el MAK, “fue nutrido” por el ISI paquistaní. [73]
Se ha informado que Osama bin Laden fue personalmente reclutado por la CIA en 1979 en Estambul. Contó con el apoyo cercano del príncipe Turki bin Faisal, su amigo y jefe de la inteligencia saudí, y también desarrolló vínculos con Hekmatyar en Afganistán [74], los cuales fueron figuras centrales en la red de la CIA y el Safari Club. General Akhtar Abdul Rahman, jefe del ISI de Pakistán desde 1980 hasta 1987, se reunió periódicamente con Osama bin Laden en Pakistán, y formaron una asociación para exigir un impuesto sobre el comercio del opio de los señores de la guerra de manera que en 1985, Bin Laden y el ISI se dividían las ganancias de más de 100 millones de dólares por año. [75] En 1985, el hermano de Osama bin Laden, Salem, afirmó que Osama era “el vínculo entre Estados Unidos, el gobierno saudita, y los rebeldes afganos.” [76]
En 1988, Bin Laden discutió sobre “la creación de un nuevo grupo militar”, que vendría a ser conocido como Al-Qaeda. [77] El frente de caridad de Osama bin Laden, el MAK, (eventualmente para formar Al-Qaeda) fundó el Al-Kifah Center en Brooklyn, Nueva York, para reclutar musulmanes para la yihad contra los soviéticos. El Centro Al-Kifah fue fundado a finales de 1980 con el apoyo del gobierno de Estados Unidos, que proporcionaba los visados a conocidos terroristas asociados a la organización, incluyendo Ali Mohamed, el “jeque ciego” Omar Abdel Rahman y, posiblemente, el líder de los secuestradores del 9/11, Mohamed Atta [78].
Esto coincidió con la creación de Al-Qaeda, de la cual el Centro Al-Kifah era un frente de reclutamiento. Los soldados de infantería para Al-Qaeda fueron “admitidos en Estados Unidos para entrenarse bajo un programa de visas especiales.” El FBI había estado vigilando el entrenamiento de terroristas, sin embargo, “terminó esta vigilancia en el otoño de 1989.” En 1990, la CIA concedió el jeque Omar Abdel Rahman una visa para venir implementar el Centro Al-Kifah, que era considerado “intocable” puesto que estaba “protegido por no menos de tres organismos”, incluyendo el Departamento de Estado, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y la CIA [79].
Robin Cook, ex miembro del Parlamento británico y Ministro de Relaciones Exteriores escribió que Al-Qaeda, “literalmente la “base de datos”, era originalmente el archivo informático de los miles de muyahidines que fueron reclutados y entrenados con la ayuda de la CIA para derrotar a los rusos.” [80] Así, “Al-Qaeda” nació como un instrumento de las agencias de inteligencia occidentales. Esta reporte sobre Al-Qaeda también es confirmado por un ex agente de la inteligencia militar francesa, quien afirmó que, “A mediados de la década de 1980, Al-Qaida era una base de datos”, y que se mantuvo como tal en la década de 1990. Sostuvo que “Al Qaeda no era ni un grupo terrorista, ni de propiedad personal de Osama bin Laden,” y añade:
La verdad es que no hay ejército islámico o grupo terrorista llamado Al Qaeda. Y cualquier oficial de inteligencia informado lo sabe. Pero hay una campaña de propaganda para hacer creer al público de la presencia de una entidad identificada que representa al “demonio” sólo con el fin de empujar al “televidente” a aceptar un liderazgo internacional unificado para una guerra contra el terrorismo. El país detrás de esta propaganda es Estados Unidos y los grupos de lobby de la guerra estadounidense contra el terrorismo sólo están interesados en ganar dinero [81].
La creación de Al-Qaeda se vio facilitada tanto por la CIA como por las redes de inteligencia aliada, cuyo objetivo era mantener esta base de datos “de muyahidines para ser utilizados como activos de inteligencia para lograr los objetivos de política exterior de Estados Unidos, a través tanto de la Guerra Fría, como en la era Post-Guerra Fría del “nuevo orden mundial”.
La segunda parte de “La Anatomía Imperial de Al-Qaeda” llevará al lector a través de un examen de la nueva estrategia imperial establecida por los estrategas geopolíticos estadounidenses al final de la Guerra Fría, diseñada para que Estados Unidos mantenga el control sobre los recursos mundiales y prevenir el ascenso de potencias competidoras. Secretamente, la “base de datos” (al-Qaeda) se volvería fundamental en este proceso, siendo utilizada para fines imperiales en varias regiones, como en el desmantelamiento de Yugoslavia. Además, la segunda parte examina la naturaleza exacta de “al-Qaeda”, sus orígenes, términos, entrenamiento, armamento, financiamiento y expansión. En particular, el papel de las agencias de inteligencia occidentales en la evolución y expansión de al-Qaeda es un tema central. Por último, un análisis de los preparativos de la guerra en Afganistán busca arrojar luz sobre las ambiciones geopolíticas tras el conflicto que se ha estado librando durante casi nueve años.
*[Nota sobre la Investigación: Para un análisis exhaustivo de la historia, el origen y la naturaleza de al-Qaeda, ver: Peter Dale Scott, The Road to 9/11: Wealth, Empire and The Future of America, que aporto gran parte de la investigación del artículo anterior.]
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Andrew Gavin Marshall es investigador asociado de Centre for Research on Globalization(CRG) , y está estudiando Economía Política e Historia en Canadá. Es coeditor, con Michel Chossudovsky, del reciente libro “La Crisis Económica Global: La Gran Depresión del Siglo XXI“, disponible en Globalresearch.ca.
Original en: Global Research
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2.Imperio, energía y Al-Qaeda: La red del terror anglo-americano

El Fin de la Guerra Fría y la Estrategia para el Nuevo Orden Mundial 
Con el fin de la Guerra Fría, tenía que determinarse una nueva estrategia para manejar el sistema global. Con el colapso de la Unión Soviética, declaraciones de un “Nuevo Orden Mundial” saltaron hacia delante, enfocándose en Estados Unidos como la única superpotencia mundial. Esto presentó un gran número de desafíos como de oportunidades para la más poderosa potencia hegemónica mundial.Con el colapso de la Unión Soviética, se formó una serie de nuevas naciones en Asia Central y Europa del Este y se volvieron independientes, y con ello, sus inmensos yacimientos de gas natural y energía quedaron abiertos a ser explotados. Afganistán mismo era considerado “un importante eje estratégico”, puesto que era “el principal acceso hacia Asia Central y los depósitos de energía inmensos ubicados ahí.” [1] Empresas petroleras occidentales tales como ExxonMobil, Texaco, Unocal, BP Amoco, Shell y Enron comenzaron a invertir miles de millones de dólares en los países de Asia Central durante la década de 1990 [2].
En 1992, se filtró a la prensa un documento del Pentágono titulado “Defense Planning Guidance”, donde se describe una estrategia para Estados Unidos en el “nuevo orden mundial”, y fue redactado por el Secretario de Defensa de George H. W. Bush, Dick Cheney. Establecía que, “la misión política y militar de Estados Unidos en la era post-guerra fría será la de garantizar que no se permita el surgimiento de ninguna superpotencia rival en Europa Occidental, Asia o los territorios de la antigua Unión Soviética,” y que, “El documento clasificado aboga por un mundo dominado por una única superpotencia, cuya posición puede ser perpetuada por un comportamiento constructivo y una fuerza militar suficiente como para disuadir a cualquier posible nación o grupo de naciones de desafiar la supremacía estadounidense.” [3]
Además, “el nuevo proyecto esboza un mundo en el que existe una única potencia militar dominante, cuyos líderes “deben mantener los mecanismos para disuadir a posibles competidores de aspirar siquiera a un mayor papel regional o global”.” Entre los desafíos necesarios para la supremacía norteamericana, el documento “postula guerras regionales contra Irak y Corea del Norte”, e identificó a China y Rusia como principales amenazas. Además, “sugiere que Estados Unidos también podría considerar la ampliación a las naciones de Europa del Este y Central, de compromisos de seguridad similares a los otorgados a Arabia Saudita, Kuwait y otros estados árabes del Golfo Pérsico.” [4]
De manera similar, en 1992, el Carnegie Endowment for International Peace, uno de los think tanks más influyentes en Estados Unidos, había establecido una comisión para determinar una nueva política exterior para Estados Unidos en los estertores de la Guerra Fría. Entre los participantes estaban Madeleine Albright, Henry Cisneros, John Deutch, Richard Holbrooke, Alice Rivlin, David Gergen y el Almirante William Crowe. En el verano de 1992, el informe final, “Changing Our Ways: America and the New World”, fue publicado. El informe recomendó “un nuevo principio de las relaciones internacionales: la destrucción o el desplazamiento de grupos de personas dentro de los Estados pueden justificar la intervención internacional”. Sugirió que los Estados Unidos “realineara a la OTAN y a la OSCE [Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa] para hacer frente a nuevos problemas de seguridad en Europa” y “recomendó la intervención militar bajo apariencias humanitarias.” Este informe posteriormente “plantó el semillero de políticas para la guerra de Kosovo” ya que “proveyó tanto del fundamento para el intervencionismo estadounidense como una política de recomendación sobre la mejor manera – OTAN – para librar la guerra.” [5]
Otra publicación de Carnegie en el mismo año, “Self-Determination in the New World Order”, fomentó los objetivos imperialistas de Estados Unidos, ya que “establece criterios para funcionarios a utilizarse en decidir cuándo apoyar grupos étnicos separatistas que busquen la independencia, y abogó por la fuerza militar para tal objetivo”. Recomendó que “las coaliciones internacionales militares, de preferencia encabezadas por la ONU, podrían enviar fuerzas armadas no como mantenedoras de paz, sino como hacedoras de paz – para prevenir el estallido de conflictos y permaneciendo en el lugar por tiempo indefinido.” Asimismo, declaró que, “el uso de la fuerza militar para crear un nuevo estado podría requerir del gobierno original un comportamiento tan atroz que pierda todo derecho a gobernar a la minoría reclamando auto-determinación.” [6]
Estados Unidos y sus aliados de la OTAN implementaron pronto una nueva estrategia, tratando de mantener el dominio sobre el mundo, ampliar su hegemonía sobre regiones previamente bajo la influencia de la Unión Soviética (por ejemplo, en Europa Oriental y Asia Central), y prevenir el ascenso de una renaciente Rusia o China. Uno de los aspectos clave de esta estrategia fue la noción de “intervención humanitaria”.

Yugoslavia Desmantelada por Diseño
En la década de 1990, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, en particular Alemania y el Reino Unido, llevaron a cabo una estrategia de desestabilización en Yugoslavia, buscando el desmantelamiento y finalmente la fractura del país. Para ello, fue utilizada la estrategia imperial de divide y vencerás, la manipulación de diversas tensiones étnicas y el armamento y entrenamiento de milicias y organizaciones terroristas. A lo largo de esta estrategia, la “base de datos”, o Al-Qaeda fue utilizada para promover el programa de desestabilización y desmantelamiento de Yugoslavia.
En 1989, Yugoslavia tuvo que buscar la ayuda financiera del Banco Mundial y el FMI, quienes implementaron un Programa de Ajuste Estructural (SAP), resultando en el desmantelamiento del estado público, lo que agravó los problemas sociales y alimentó las tendencias secesionistas, lo que llevó a Croacia y Eslovenia independizarse de la república en 1991. [7] En 1990, la comunidad de inteligencia estadounidense publicó un informe prediciendo que Yugoslavia se desintegraría y estallaría en una guerra civil, y culpó a Milosevic por el inminente desastre. [8]
Ya en 1988, el líder de Croacia se reunió con el canciller alemán Helmut Kohl para crear “una política conjunta para desintegrar Yugoslavia”, y llevar a Eslovenia y Croacia hacia la “zona económica alemana.” Entonces, oficiales del ejército estadounidenses fueron enviados a Croacia, Bosnia, Albania y Macedonia como “asesores” y llevaron a fuerzas especiales estadounidenses a colaborar [9].
La lucha estalló entre Yugoslavia y Croacia cuando ésta declaró su independencia en 1991. La lucha se extendió hasta 1995, y se fusionó en parte con la guerra de Bosnia. Estados Unidos apoyó la operación y la CIA proveyó información de inteligencia de manera activa a las fuerzas croatas, provocando el desplazamiento de entre 150.000 y 200.000 serbios, principalmente a través de medios como el asesinato, saqueo, quema de aldeas y limpieza étnica. [10] El ejército croata fue entrenado por asesores estadounidenses y un general, más adelante llevado a juicio en La Haya por crímenes de guerra, fue personalmente apoyado por la CIA [11]. Así que podemos ver la doble moral de la limpieza étnica y el genocidio: cuando Estados Unidos lo hace o lo admite, es “intervención humanitaria”, políticamente justificada, o simplemente no es reconocida; cuando un estado enemigo lo hace, (o se le acusa de hacerlo), la “comunidad internacional” exige acción y cualquier medio se considera necesario para “impedir” el genocidio, incluso cometer un genocidio.
La Administración Clinton dio “luz verde” a Irán para armar a los musulmanes bosnios y “a partir de 1992 hasta enero de 1996, hubo una afluencia de armas y asesores iraníes en Bosnia.” Además, “Irán y otros estados musulmanes, contribuyeron con combatientes muyahidines a Bosnia para pelear junto a los musulmanes contra los serbios, “guerreros santos” de Afganistán, Chechenia, Yemen y Argelia, algunos de los cuales se sospechaba tenían vínculos con campos de entrenamiento de Osama bin Laden en Afganistán.” [12]
Durante la guerra en Bosnia, “existía un gran conducto secreto de contrabando de armas a través de Croacia. Este fue organizado por agencias clandestinas de Estados Unidos, Turquía e Irán, junto con una serie de grupos islámicos radicales, incluyendo muyahidines afganos y los pro-iraníes de Hezbolá.” Además, “los servicios secretos de Ucrania, Grecia e Israel se ocuparon de armar a los serbios de Bosnia.” [13] La agencia de inteligencia alemana, el BND, también realizó envíos de armas a los musulmanes de Bosnia y Croacia para luchar contra los serbios. [14] Así, cada lado estaba siendo financiado y armado por potencias extranjeras que buscaban fomentar el conflicto y, finalmente, romper Yugoslavia para servir a sus propios objetivos imperiales en la región.
En 1992, el Centro Al-Kifah en Brooklyn, el centro de reclutamiento de Al Qaeda, hizo de Bosnia su principal objetivo. En 1993, abrió una sucursal en Croacia. La operación de reclutamiento para los musulmanes de Bosnia “fue un proyecto patrocinado por la acción encubierta, no sólo de Arabia Saudita, sino también por parte del gobierno de Estados Unidos.” [15]
En 1996, la mafia albanesa, en colaboración con el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), una organización guerrillera militante, tomó el control de la enorme ruta de tráfico de heroína de los Balcanes. El ELK fue vinculado con antiguos combatientes afganos muyahidines en Afganistán, incluyendo a Osama bin Laden [16].
En 1997, el ELK comenzó a luchar contra las fuerzas serbias, [17] y en 1998, el Departamento de Estado de Estados Unidos eliminó al ELK de su lista de organizaciones terroristas. [18] Antes y después de 1998, el ELK se recibió armas, entrenamiento y apoyo de Estados Unidos y la OTAN, y la Secretario de Estado de Clinton, Madeleine Albright, fue cercana al líder del ELK, Hashim Thaci. [19]
Tanto la CIA como la inteligencia alemana, el BND, apoyaron a los terroristas del ELK en Yugoslavia antes y después del bombardeo de Yugoslavia por parte de la OTAN en 1999. El BND tenía contactos con el ELK desde principios de 1990, el mismo período en que el ELK estableció sus contactos de Al-Qaeda [20]. Miembros del ELK fueron entrenados por Osama bin Laden en campos de entrenamiento en Afganistán. Incluso la ONU declaró que mucha de la violencia del momento provino de miembros del ELK, “especialmente aquellos aliados con Hashim Thaci.” [21]
El bombardeo de marzo de 1999 de la OTAN en Kosovo se justificó con el pretexto de poner fin a la opresión serbia a los albaneses de Kosovo, que se calificó de genocidio. La Administración Clinton afirmó que al menos 100.000 albaneses de Kosovo estaban desaparecidos y “podrían haber muerto” por los serbios. Bill Clinton, comparó personalmente los acontecimientos en Kosovo con el Holocausto. El Departamento de Estado de Estados Unidos había declarado que hasta 500.000 albaneses se temían muertos. Finalmente, la estimación oficial se redujo a 10.000, sin embargo, después de investigar en forma exhaustiva, se reveló que la muerte de menos de 2.500 albaneses podía atribuirse a los serbios. Durante la campaña de bombardeos de la OTAN, entre 400 y 1.500 civiles serbios fueron asesinados y la OTAN perpetró crímenes de guerra, incluyendo el bombardeo de una estación de televisión serbia y un hospital. [22]
En última instancia la estrategia de la desestabilización de Yugoslavia sirvió a varios objetivos imperiales. La guerra en Yugoslavia fue emprendida con el fin de ampliar la OTAN, Serbia iba a ser excluida permanentemente del desarrollo europeo para justificar una presencia militar de Estados Unidos en la región, y la expansión fue diseñada en última instancia para contener a Rusia. [23]
Un artículo editorial del New York Times en 1996 afirmaba que, “en lugar de ver a Bosnia como la frontera oriental de la OTAN, debemos considerar a los Balcanes como la frontera occidental de la esfera de influencia en rápida expansión de Estados Unidos en el Medio Oriente”. Más:
El hecho de que Estados Unidos es más entusiasta que sus aliados europeos respecto de un estado musulmán en Bosnia refleja, entre otras cosas, el nuevo papel de Estados Unidos como líder de una colección informal de naciones musulmanas desde el Golfo Pérsico a los Balcanes. Las regiones, alguna vez dominadas por los turcos otomanos muestran señales de convertirse en el corazón de un tercer imperio estadounidense.
[. . . ] Ahora, en los años posteriores a la Guerra Fría, Estados Unidos vuelve a establecer soberanía sobre el imperio de un antiguo enemigo. La desintegración de la Unión Soviética ha llevado a los Estados Unidos a ampliar su zona de hegemonía militar en Europa del Este (a través de la OTAN) y en la neutral ex Yugoslavia. Y – lo más importante de todo – el fin de la Guerra Fría ha permitido a Estados Unidos profundizar su participación el Medio Oriente [24].
Además, con el desmantelamiento de la antigua Yugoslavia, el pasaje para el transporte de petróleo y gas natural de la región del Caspio iba a ser facilitado a través de la construcción del oleoducto Trans-Balkan, que “iría desde el puerto de Burgas en el Mar Negro hasta el Adriático en Vlore, pasando a través de Bulgaria, Macedonia y Albania. Es probable que se convierta la principal ruta hacia Occidente del petróleo y el gas que ahora se extrae en el centro de Asia. Llevará 750.000 barriles al día: un rendimiento, a los precios actuales, de unos 600 millones de dólares al mes.” Como informó The Guardian:
El proyecto es necesario, según un artículo publicado por la Agencia de Comercio y Desarrollo de Estados Unidos en mayo pasado, debido a que el petróleo procedente del Mar Caspio “sobrepasará rápidamente la capacidad de seguridad del Bósforo como vía de navegación”. El diseño, apunta la agencia, “proporcionará una fuente consistente de petróleo crudo a las refinerías estadounidenses”, “proporcionará a las empresas estadounidenses un rol clave en el desarrollo del vital corredor oriente-occidente”, “facilitará las aspiraciones privatizadoras del gobierno estadounidense en la región” y “facilitará la rápida integración” de los Balcanes “con Europa occidental.”
En noviembre de 1998, Bill Richardson, entonces secretario de energía estadounidense, explicó su política en materia de extracción y transporte de petróleo del Caspio. “Se trata de la seguridad energética de Estados Unidos”, explicó. “Se trata también de prevenir incursiones estratégicas por parte de quienes no comparten nuestros valores. Estamos tratando de mover estos países de reciente independencia hacia Occidente.
“Nos gustaría verlos dependiendo de los intereses comerciales y políticos de Occidente en vez de tomar otro camino. Hemos hecho una sustancial inversión política en el Caspio, y es muy importante para nosotros que tanto el mapa de gasoductos y la política salgan bien.” [25]
El proyecto del oleoducto, apoyado desde 1994, “destacó prominentemente en la política de la guerra de los Balcanes. El 9 de diciembre de 1998, el presidente de Albania asistió a una reunión sobre el sistema en Sofía, y lo vinculó estrechamente a Kosovo.” El mensaje emitido en la reunión fue que, “si [Estados Unidos] quiere el consentimiento de Albania para el oleoducto Trans-Balkan, es mejor quitar a Kosovo de las manos de los serbios.” [26]
Y así, con la ayuda de una red internacional de extremistas islámicos entrenados por la CIA, la hegemonía política y económica estadounidense se expandió a Asia Central y la región del Caspio.
La Expansión de Al-Qaeda
Al-Qaeda no sólo se propagó por Bosnia y Albania/Kosovo, sino mas bien una gran cantidad de lugares en todo el mundo vieron la expansión de esta gran “base de datos” de combatientes islamistas, y siempre con ayuda de las agencias de inteligencia de Occidente o de sus conductos regionales (como el ISI y las agencias de inteligencia saudíes). Siguiendo tras los talones a la estrategia estadounidense y de la OTAN establecida tras la Guerra Fría, el fundamentalismo islámico también llegó a jugar un papel en esta estrategia.
Bernard Lewis fue un ex oficial de inteligencia británico e historiador quien es infame por explicar el descontento árabe hacia Occidente como no relacionado con una reacción hacia el imperialismo, sino que tiene sus raíces en el Islam, en que el Islam es incompatible con Occidente, y que están destinados a chocar, utilizando el término “Choque de Civilizaciones.” Durante décadas, “Lewis jugó un papel crítico como profesor, mentor y gurú de dos generaciones de orientalistas, académicos, especialistas en inteligencia estadounidenses y británicos, moradores de think tanks y neoconservadores varios.” En la década de 1980, Lewis “se codeaba con los principales funcionarios del Departamento de Defensa.” [27] También fue uno de los creadores, junto con Brzezinski, de la estrategia del “Arco de Crisis” empleada en la década de 1970.
Lewis escribió un artículo de 1992 en Foreign Affairs, la revista del Council on Foreign Relations, titulado, “Rethinking the Middle East”. En este artículo, Lewis planteó la posibilidad de otra política hacia el Medio Oriente a raíz del fin de la Guerra Fría y el comienzo del Nuevo Orden Mundial, “que incluso podría ser precipitada por el fundamentalismo, lo que se ha puesto de moda en los últimos tiempos al llamarlo “Libanización”. La mayoría de los estados de Medio Oriente – Egipto es una excepción obvia – son de construcción reciente y artificial y son vulnerables a este proceso. Si el poder central está lo suficientemente debilitado, no existe una verdadera sociedad civil para sostener el sistema de gobierno en conjunto, la identidad nacional común o la lealtad primordial hacia el estado-nación no tienen sentido real. Entonces el Estado se desintegra – como sucedió en el Líbano – en un caos de riñas, disputas, y conflictos de sectas, tribus, regiones y partidos.” [28]
Por lo tanto, la “base de datos” de Al-Qaeda podría propagarse a otros países con el fin de desestabilizar a varias regiones, y establecer así la justificación para una intervención o incluso guerra. Todo lo que se necesitaba eran agentes de inteligencia, muy bien situados, para controlar puestos clave de liderazgo dentro de la organización terrorista. La gran mayoría de sus altos mandos y casi todos los agentes de Al-Qaeda no tendrían que ser conscientes del uso encubierto de las organizaciones como un brazo de la geopolítica de Estados Unidos.
En la década de 1990, Osama bin Laden “construyó una fuerza aérea en las sombras para apoyar sus actividades terroristas, utilizando la compañía aérea nacional de Afganistán, y un excedente de jets y chárteres clandestinos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.” Además, como reveló Los Angeles Times:
Con la bendición de los talibanes, Bin Laden había secuestrado exitosamente a Ariana, la aerolínea nacional civil de Afganistán. Durante cuatro años, según ex colaboradores estadounidenses y funcionarios afganos exiliados, los vuelos de pasajeros y chárteres de Ariana transportaban militantes islámicos, armas, dinero en efectivo y opio a través de los Emiratos Árabes Unidos y Pakistán. A miembros de la red terrorista Al-Qaida de Bin Laden se les proporcionó identidades falsas de Ariana que les dieron pase libre por los aeropuertos del Medio Oriente.
[...] Las autoridades talibanes también abrieron pistas de aterrizaje del país a funcionarios de alto rango del estado del Golfo Pérsico que rutinariamente viajaban para lujosas partidas de caza. A veces se unían a Bin Laden y los líderes talibanes, dignatarios, entre los que había varios funcionarios de alto rango de Arabia Saudita y los Emiratos – dejando atrás dinero, vehículos y equipo con sus anfitriones, de acuerdo con fuentes estadounidenses y afganas [29].
La compra secreta de Bin Laden de un avión de Fuerza Aérea de Estados Unidos en 1992 “fue utilizada para transportar a comandantes de Al-Qaeda hacia África Oriental, donde entrenaron a tribus de Somalia para realizar ataques contra las fuerzas de paz estadounidenses”, y los estadounidenses habían ayudado “sin querer” a Bin Laden “a disfrazar el avión como un reactor civil.” Los funcionarios de seguridad estadounidenses eran muy conscientes de que la compañía aérea Ariana estaba siendo utilizada por al-Qaeda. [30]
Entre los altos funcionarios del Golfo Pérsico que viajaron a Afganistán para “viajes de cacería”, estaban el príncipe Turki al Faisal, que dirigió la inteligencia saudí hasta agosto de 2001, “manteniendo estrechos vínculos con Bin Laden y los talibanes”, así como “el jeque Rashid Mohammed ibn Al Maktum, el príncipe heredero de Dubai y Ministro de Defensa de los Emiratos.” En ocasiones, tanto Osama bin Laden como Omar, el jefe de los talibanes, se mezclaron con los cazadores. A su salida, “los visitantes ricos a menudo dejaban jeeps de último modelo, camiones y suministros,” que fue “una manera con la que los talibanes consiguieron su equipo.” [31]
Lo que el artículo no menciona, sin embargo, es que el ISI fue el principal patrocinador de los talibanes, con el completo respaldo y facilitación de la CIA. La conexión con el jefe de inteligencia saudí refuerza aún más la tesis de que el Safari Club, creado en 1976 por el jefe de la inteligencia francesa, podría haber sobrevivido como una red de inteligencia encubierta que abarque organismos de inteligencia occidentales trabajando a través de organismos regionales como los de Pakistán y Arabia Saudita.
La agencia de inteligencia alemana, el BND, reveló en 2004 que dos empresas saudíes que se vincularon con la financiación de Al Qaeda a lo largo de la década de 1990 eran de hecho, organizaciones de fachada de la inteligencia saudita, con estrechas relaciones con su jefe, el príncipe Turki bin Faisal [32].
Entre 1989 y 2001, Billy Waugh, un contratista de la CIA, entrenó a varios agentes de al-Qaeda en todo el mundo. [33] En 2002, se reveló que, “la inteligencia británica pagó grandes sumas de dinero a una célula de Al Qaeda en Libia en un intento fallido de asesinar al coronel Gaddafi en 1996 y frustró los primeros intentos de llevar a Osama bin Laden ante la justicia.” En 1998, Libia había emitido una orden de arresto a Osama bin Laden, y sin embargo:
Las agencias de inteligencia, británicas y estadounidenses, ocultaron el hecho de que la orden de detención había venido de Libia y restaron importancia a la amenaza. Cinco meses después de que se emitiera exhorto, al-Qaeda mató a más de 200 personas en los atentados con camiones a las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania [34].
Sin embargo, “la resistencia de las agencias de inteligencia occidentales a las preocupaciones de Libia se explica por la participación del MI6 en el intento de golpe de al-Qaeda”. A Anas al-Liby, un líder libio al-Qaeda, “se le dio asilo político en Gran Bretaña y vivió en Manchester hasta mayo de 2000, cuando se escapó de una redada policial en su casa y huyó al extranjero.” [35]
Tras el fin de la Guerra Fría, muchos combatientes muyahidines fueron reubicados en la inestable región rusa de Chechenia, donde los dos principales líderes rebeldes que llegaron al poder habían sido previamente entrenados y financiados por la CIA en Afganistán. La guerra en Chechenia se planeó en una reunión secreta en 1996 con la participación de Osama bin Laden y funcionarios de alto rango del ISI paquistaní, cuya participación en Chechenia fue “mucho más allá de suministrar armas y experiencia a los chechenos: el ISI y sus agentes islámicos radicales tenían en realidad la última palabra en esta guerra.” [36] En otras palabras, la CIA estaba dirigiendo la guerra a través del ISI.
Estados Unidos y el Reino Unido han apoyado el separatismo checheno, puesto que, “debilita a Rusia, hace avanzar el poder de Estados Unidos en la vital región del Mar Caspio y daña a un futuro rival potencial.” [37] Mikhail Gorbachov, ex Presidente de Rusia, afirmó que los británicos habían estado armando a los rebeldes chechenos. [38] El petróleo también ocupa un lugar destacado en el conflicto de Chechenia, puesto que Chechenia es el hogar de grandes reservas de petróleo, así como corredores de rutas de oleoductos donde compiten los conglomerados petroleros rusos y anglo-americanos. Así, los anglo-americanos apoyan a los separatistas chechenos, mientras los rusos envían a al Ejército. [39] La inteligencia estadounidense ayudó a financiar y transportar a al-Qaeda en Chechenia durante la década de 1990, la inteligencia estadounidense se mantuvo involucrada hasta el final de la década, buscando el “patrocinio de la “yihad islámica en el Cáucaso” como una forma de “privar a Rusia de una ruta de oleoductos viable por medio de una espiral de violencia y terrorismo”.”[40]
La Estrategia de Dominación Global para un Nuevo Siglo
Siguiendo con los objetivos estratégicos establecidos en la década de 1990 para Estados Unidos y la OTAN de ampliar su hegemonía en todo el mundo, prevenir el ascenso de rivales (China y Rusia), y ampliar el acceso de los intereses económicos occidentales en la región del Caspio, nuevos proyectos comenzaron a elaborarse dentro de la poderosa comunidad de think tanks en Estados Unidos, además de ser bosquejados por pensadores estratégicos de gran influencia. La estrategia renovada, apenas un receso en el objetivo previamente determinado de cerco y contención de China y Rusia, simplemente amplió el alcance de esta estrategia. Desde una de las facciones, los neo-conservadores, provino el deseo inicial de expansión militar en el Medio Oriente, comenzando por Irak, mientras que los halcones realistas de línea dura como Zbigniew Brzezinski esbozaron una estrategia de dominación mundial mucho más amplia y a largo plazo mediante el control de la totalidad de Eurasia (Europa y Asia), y posteriormente, África.
Los halcones neo-conservadores del establishment de la política exterior estadounidense formaron el think tank, Project for a New American Century (Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, PNAC) en la década de 1990. En 2000, publicaron su informe, Rebuilding America’s Defenses, en el que se establecía una estrategia para Estados Unidos en el “nuevo siglo”. Continuando desde donde había quedado el documento Defense Planning Guidance (durante la primera Administración Bush), el informe dice que “Estados Unidos debe mantener fuerzas suficientes capaces de desplegarse rápidamente y ganar múltiples guerras simultáneas a gran escala”, y que existe una “necesidad de mantener suficientes fuerzas de combate para luchar y ganar, en grandes teatros de guerra múltiples, casi simultáneos”, mientras “el Pentágono necesita comenzar a calcular la fuerza necesaria para proteger, de forma independiente, los intereses de Estados Unidos en Europa, Asia Oriental y el Golfo en todo momento.” [41]
Se recomienda el “cambio de régimen” de Saddam Hussein en Irak como “justificación inmediata” para la presencia militar estadounidense en el Golfo, sin embargo, “la necesidad de una fuerte presencia militar estadounidense en el Golfo trasciende la cuestión del régimen de Saddam Hussein.” Al abogar por un incremento masivo del gasto en defensa, y delinear las operaciones militares contra Irak, Corea del Norte y posiblemente Irán, el informe precisa que, ”además, el proceso de transformación, aunque traiga un cambio revolucionario, es probable que sea largo, de no ser que exista algún evento catastrófico y catalizador – como un nuevo Pearl Harbor.” [42]


Zbigniew Brzezinski esbozó una estrategia imperial estadounidense a largo plazo para controlar Eurasia en su libro El Gran Tablero de Ajedrez. Dijo sin rodeos que, “es imperativo que no aparezca ningún contendiente en Eurasia, capaz de dominar Eurasia y, por tanto también de desafiar a los Estados Unidos”, y luego dejó en claro el carácter imperial de su estrategia:
Para decirlo en una terminología que se remonta a la época más brutal de los antiguos imperios, los tres imperativos de la gran geoestrategia imperial son evitar la colusión y mantener la dependencia de seguridad entre los vasallos, mantener flexibles y protegidos a los tributos, y evitar que los bárbaros se unan [43].
Explicó además que las naciones de Asia Central (o como las denomina él, “Balcanes Euroasiáticos”):
son de importancia desde el punto de vista de la seguridad y las ambiciones históricas de por lo menos tres de sus vecinos más inmediatos y más poderosos, a saber, Rusia, Turquía e Irán, con China también apuntando un creciente interés político en la región. Sin embargo, los Balcanes Euroasiáticos son infinitamente más importantes como potencial premio económico: una enorme concentración de gas natural y reservas de petróleo se encuentran en la región, además de importantes minerales, incluyendo oro [44].
Brzezinski enfatiza que “el interés principal de Estados Unidos es ayudar a asegurar que ninguna potencia adquiera el control de este espacio geopolítico y que la comunidad global tenga acceso financiero y económico libre a el.” [45]
Preparando la Guerra Contra Afganistán 
En 1997, funcionarios talibanes viajaron a Texas para reunirse con la Unocal Oil Company a discutir la posibilidad de construir un oleoducto desde Turkmenistán a través de Afganistán y Pakistán. Unocal tenía acuerdos con Turkmenistán para vender su gas y con Pakistán para comprarlo. El eslabón perdido era llevar el gas a través de Afganistán a Pakistán, que es donde los talibanes entran en la imagen. La principal competidora de Unocal en la licitación del gasoducto era Bridas, una firma argentina. Sin embargo, en este momento, Afganistán se veía envuelto todavía en guerra civil, haciendo de la perspectiva de construcción de un gasoducto una empresa inestable [46].
Un mes antes de que los talibanes visitaran Texas, Bridas, la principal competidora de Unocal, fusionó sus activos de petróleo y gas con Amoco-Argentina Oil, filial de British Petroleum (BP), una de las tres principales empresas petroleras del mundo. [47] Poco antes de finalizar esta fusión, Bridas había anunciado que estaba cerca de firmar un acuerdo de 2 mil millones de dólares con los talibanes, señalando que “las conversaciones estaban en su etapa final.” [48]
Después de reunirse con funcionarios de Unocal en Texas, los talibanes anunciaron en enero de 1998 que, “estaban a punto de alcanzar un acuerdo final sobre la construcción de un gasoducto a través de Afganistán”, sin embargo, “no indicaron cuál de las dos empresas competidoras sería favorecida por los talibanes.” [49]
Es importante señalar algunas de las figuras importantes que estuvieron involucradas con las compañías petroleras respecto a las reservas de gas y proyectos de gasoductos en Asia Central. En 1997, Zbigniew Brzezinski, el (autoproclamado) cerebro de la Guerra Afgano-Soviética, Asesor de Seguridad Nacional de Jimmy Carter, y cofundador con David Rockefeller de la Comisión Trilateral, fue asesor de BP-Amoco, ocupándose específicamente de la región del Caspio [50]. Unocal, en un esfuerzo para tratar de asegurar su contrato de oleoductos con los talibanes, contrató al ex Secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger. Nacido en Afganistán, Zalmay Khalilzad, ex asesor del Departamento de Estado de Reagan en Afganistán durante la Guerra Afgano-Soviética, se presentó también como consultor para un grupo contratado por Unocal. Más tarde se convertiría en el enviado de Estados Unidos en Afganistán tras la invasión estadounidense en 2001 [51].
El proyecto del oleoducto tuvo algunos problemas significativos cuando, en diciembre de 1998, Unocal anunció que abandonaba su proyecto de oleoducto afgano. [52] Entre 1996 y 2001, los jefes de Enron habían entregado millones de dólares en sobornos a funcionarios talibanes para conseguir contratos para la construcción de oleoductos. Después que Unocal retirara la oferta, Enron continuó presionando a los talibanes para continuar con el oleoducto. En 1996, el vecino Uzbekistán firmó un acuerdo con Enron para desarrollar los campos de gas natural uzbekos. [53] En 1997, Halliburton, con Dick Cheney como CEO, consiguió un contrato en Turkmenistán para la exploración y perforación en la cuenca del Mar Caspio [54]. Sin embargo, en diciembre de 2001, Enron se declaró en quiebra.
Finalmente, Unocal se retiró del acuerdo debido a que el gobierno talibán de Afganistán no estaba plenamente reconocido internacionalmente como gobierno afgano legítimo, por lo tanto, el proyecto del oleoducto no podría recibir fondos de instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial. Unocal también se retiró como consecuencia del continuo conflicto librado en Afganistán entre los diversos grupos [55].
En 1999, el Pentágono publicó un documento secreto confirmado por el Estado Mayor Conjunto y el Secretario de Defensa, que afirmó que, “Conflictos petroleros sobre las instalaciones de producción y rutas de transporte, especialmente en el Golfo Pérsico y las regiones del Mar Caspio, son contemplados” en un futuro próximo, indicando que, “temas de energía y recursos continuarán dando forma a la seguridad internacional.” El documento “resalta vívidamente cómo los niveles más altos de la comunidad de Defensa de Estados Unidos aceptaron la conducción de una guerra por petróleo como una opción militar legítima.” [56]
Antes de que George W. Bush asumiera la presidencia en enero de 2001, existían planes en los más altos niveles del gobierno de Estados Unidos de comenzar los preparativos para una guerra contra Afganistán, que incluyeron intentos para asegurar una alianza con los rusos en un “llamando a la acción militar contra Afganistán.” [57]
En marzo de 2001 fue reportado que la India se había unido a Estados Unidos, Rusia e Irán en un esfuerzo por reemplazar militarmente al gobierno talibán afgano, con Tayikistán y Uzbekistán siendo utilizados como base para lanzar incursiones en Afganistán contra los talibanes. [58] En la primavera de 2001, los militares estadounidenses concibieron y ensayaron todo el escenario para un ataque estadounidense contra Afganistán, que posteriormente se convirtió en el plan operativo para la guerra [59].
En el verano de 2001, los talibanes filtraron información de reuniones altamente secretas donde el gobierno de Bush estaba planeando lanzar una operación militar contra los talibanes en julio para reemplazar al gobierno. Un plan de contingencia militar estadounidense para atacar a Afganistán desde el norte estaba sobre el papel a finales del verano de 2001, esto es, antes de 9/11 [60].
Un ex diplomático paquistaní dijo a la BBC que Estados Unidos estaba planeando una acción militar contra Osama bin Laden y los talibanes antes de los ataques del 9/11. A Niaz Naik, ex Secretario de Relaciones Exteriores de Pakistán, “le fue dicho por altos funcionarios estadounidenses a mediados de julio que la acción militar contra Afganistán se llevaría a cabo a mediados de octubre.” La invasión posteriormente tuvo lugar el 7 de octubre de 2001. A Naik se le dijo de esta información en una reunión secreta patrocinada por la ONU que tuvo lugar en Berlín en julio de 2001, con funcionarios de Estados Unidos, Rusia y muchos países de Asia Central. También declaró que Estados Unidos pondría en marcha la operación desde sus bases en Tayikistán”, donde ya estaban emplazados los asesores estadounidenses.” [61]
Según lo revelado por MSNBC, “Se esperaba que el Presidente Bush firmase planes detallados para una guerra contra al-Qaida a nivel mundial dos días antes del 11 de septiembre” y que, “El plan trata todos los aspectos de una guerra contra al-Qaida, que van desde iniciativas diplomáticas hasta operaciones militares en Afganistán.” Es descrito “esencialmente el mismo” plan de guerra que se puso en acción tras los ataques del 9/11. El documento de Seguridad Nacional también se presentó a Condoleezza Rice antes de los ataques, e incluía planes para atacar a los talibanes y sacarlos del poder en Afganistán. [62] El ex primer ministro británico, Tony Blair, declaró que: “Para ser sincero, no había forma de conseguir el consentimiento público para lanzar repentinamente una campaña en Afganistán, de no ser por lo que pasó el 11 de septiembre.” [63]
Siguiendo el comienzo de la guerra en Afganistán en octubre de 2001, George Monbiot del The Guardian escribió que la guerra “puede ser también una tardía aventura colonial”, puesto que “Afganistán es tan indispensable para el control regional y el transporte de petróleo en Asia Central como Egipto lo fue en el Medio Oriente.” Vale la pena citar con cierta extensión a Monbiot:
Afganistán tiene algo de petróleo y gas propio, pero no lo suficiente como para calificar como una preocupación estratégica importante. Sus vecinos del norte, por el contrario, contienen reservas que podrían ser cruciales para el suministro global en el futuro. En 1998, Dick Cheney, ahora vicepresidente de Estados Unidos, pero en ese entonces director ejecutivo de una empresa de servicios petroleros, comentó: “No puedo imaginar un momento en el que hayamos tenido una región emergiendo de forma repentina hasta volverse tan estratégicamente importante como el Caspio.” Pero el petróleo y el gas no tienen ningún valor hasta que se mueven. La única vía que lo hace tanto en sentido político como económico es a través de Afganistán.
El transporte de todos los combustibles fósiles de la cuenca del Caspio a través de Rusia o Azerbaiyán mejoraría en gran medida el control político y económico de Rusia sobre las repúblicas de Asia Central, que es precisamente lo que Occidente ha estado 10 años tratando de evitar. Oleoductos a través de Irán enriquecerían un régimen que Estados Unidos ha estado tratando de aislar. Enviarlo por el camino más largo a través de China, al margen de las consideraciones estratégicas, sería prohibitivamente caro. Pero las tuberías a través de Afganistán permitirían a Estados Unidos perseguir tanto su objetivo de “diversificar la oferta de energía” como penetrar en los mercados más lucrativos del mundo. El aumento del consumo de petróleo de Europa es lento y la competencia es intensa. En el sur de Asia, por el contrario, la demanda está en auge y los competidores son escasos. Bombear petróleo al sur y venderlo a Pakistán y la India, en otras palabras, es mucho más rentable que el bombearlo a Occidente y venderlo en Europa.
Como ha documentado el autor Ahmed Rashid, en 1995 la compañía petrolera estadounidense Unocal comenzó a negociar la construcción de oleoductos y gasoductos desde Turkmenistán, a través de Afganistán y hacia los puertos de Pakistán en el mar Arábigo. El sistema de la empresa requiere una sola administración en Afganistán, que garantice el paso seguro de sus productos. Poco después de que los talibanes tomaran Kabul en septiembre de 1996, el Telegraph informó que “insiders de la industria petrolera dicen que el sueño de obtener un oleoducto a través de Afganistán es la razón principal por la que Pakistán, un estrecho aliado político de Estados Unidos, ha apoyado tanto a los talibanes, y por qué Estados Unidos ha tolerado en silencio su conquista de Afganistán.” Unocal invitó a algunos de los líderes de los talibanes a Houston, donde fueron magníficamente atendidos. La empresa propuso pagar a estos bárbaros 15 centavos por cada mil pies cúbicos de gas que bombeara a través de las tierras que habían conquistado.
Por el primer año de gobierno de los Talibanes, la política estadounidense hacia el régimen parece haber sido determinada principalmente por los intereses de Unocal. En 1997 un diplomático estadounidense dijo a Rashid “los talibanes probablemente se desarrollarán como los saudíes lo hicieron. Habrá oleoductos de Aramco [el antiguo consorcio petrolero estadounidense en Arabia Saudita], un emir, ningún parlamento y mucha sharia. Podemos vivir con eso.”
[...] En febrero de 1998, John Maresca, jefe de relaciones internacionales [de Unocal], dijo a los representantes que el crecimiento de la demanda de energía en Asia y las sanciones contra Irán determinan que Afganistán sigue siendo “la única otra ruta posible” para el petróleo del Caspio. La compañía, una vez que el gobierno afgano fue reconocido por diplomáticos y bancos extranjeros, aún tenía esperanzas de construir un gasoducto de 1.000 millas, que transportaría un millón de barriles al día. Sólo en diciembre de 1998, cuatro meses después de los atentados de la embajada en África oriental, Unocal retiró sus planes.
Pero la importancia estratégica de Afganistán no ha cambiado. En septiembre, unos días antes del ataque a Nueva York, la administración de energía estadounidense informó que la “importancia de Afganistán desde un punto de vista energético se debe a su posición geográfica como ruta de tránsito potencial para exportaciones de petróleo y gas natural desde Asia Central hasta el mar Arábigo. Este potencial incluye la posible construcción tuberías de petróleo y gas natural a través de Afganistán.” Dado que el gobierno estadounidense está dominado por ex ejecutivos de la industria petrolera, sería absurdo suponer que estos planes ya no figuran en su pensamiento estratégico. Como ha señalado el investigador Keith Fisher, los posibles resultados económicos de la guerra en Afganistán se reflejan con los posibles resultados económicos de la guerra en los Balcanes, donde el desarrollo del “Corredor 8″, una zona económica construida en torno a un oleoducto que transporta petróleo y gas desde el Caspio a Europa, es una fundamental preocupación aliada.
La política exterior de Estados Unidos se rige por la doctrina del “full-spectrum dominance” [dominio de espectro completo], lo que significa que Estados Unidos debe controlar militarmente todo desarrollo económico y político del mundo. China ha respondido tratando de ampliar sus intereses en Asia Central. El libro blanco de defensa de Beijing publicado el año pasado sostuvo que “los intereses fundamentales de China se encuentran en… la creación y mantenimiento de un nuevo orden de seguridad regional”. En junio, China y Rusia empujaron a cuatro repúblicas de Asia Central a una “organización de cooperación de Shanghai”. Su propósito, de acuerdo con Jiang Zemin, es “fomentar la multi-polarización del mundo”, lo que para él significa impugnar el dominio de espectro completo estadounidense.
Si Estados Unidos tiene éxito en el derrocamiento de los talibanes y su sustitución por un estable y agradecido gobierno pro-occidental y si Estados Unidos une a las economías de Asia central con la de su aliado Pakistán, habrán aplastado no sólo al terrorismo, sino también las crecientes ambiciones de Rusia y de China. Afganistán, como siempre, es la clave de la dominación occidental de Asia [64].
Según lo revelado por el diario San Francisco Chronicle en noviembre de 2001, “Estados Unidos y Pakistán decidieron instalar un régimen estable en Afganistán alrededor de 1994 – un régimen que pondría fin a la guerra civil del país y así garantizar la seguridad del proyecto de oleoducto de Unocal”. Y así:
el Departamento de Estado y la agencia de Inter-Servicios de Inteligencia de Pakistán acordaron canalizar armas y financiar a los talibanes en su guerra contra la étnica Alianza Tayika del Norte. Tan recientemente como 1999, los contribuyentes estadounidenses pagaron el salario anual total de cada funcionario del gobierno talibán individualmente, todo ello con la esperanza de regresar a los días de un dólar por galón. Pakistán, por supuesto, recogía los ingresos procedentes de una instalación de petróleo portuaria en Karachi [65].
Es evidente que los planes y propósitos de la guerra en Afganistán estaban bien establecidos. Lo que se necesitaba era la justificación pública. No sería fácil que el pueblo apoyara una guerra para dominar las reservas estratégicas de energía y rutas de gasoductos de medio mundo. Además del hecho de que esta sería una admisión del imperio, algo que todavía una gran cantidad de público estadounidense no había logrado conciliar y aceptar, volvería una tarea difícil pedir a los estadounidenses morir por Unocal. Lo que el pueblo estadounidense necesitaba para despertar su apetito por la guerra era tener su conciencia colectiva reformada por el miedo; lo que se necesitaba era terror.
Andrew Gavin Marshall es investigador asociado de Centre for Research on Globalization(CRG) , y está estudiando Economía Política e Historia en Canadá. Es coeditor, con Michel Chossudovsky, del reciente libro “La Crisis Económica Global: La Gran Depresión del Siglo XXI“, disponible en Globalresearch.ca.Original en: Global Research
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Anticipando Un Ataque Durante varios años antes de los eventos del 9/11, los principales estrategas estadounidenses habían reconocido la necesidad de lo que a menudo llamaron un “nuevo Pearl Harbor”, un ataque trascendental en el propio Estados Unidos, con el fin de movilizar a la población estadounidense hacia una nueva guerra global de dominación.
Como escribiera Zbigniew Brzezinski en su libro de 1997, El Gran Tablero de Ajedrez, “el interés principal de Estados Unidos es ayudar a asegurar que ninguna potencia adquiera el control de este espacio geopolítico [de Asia Central] y que la comunidad global tenga acceso financiero y económico libre a él”. [1] Brzezinski reconoce en su libro que “la búsqueda del poder no es una meta que comande la pasión popular, salvo en condiciones de amenaza súbita o de desafío a la sensación del público de bienestar doméstico.” [2] También escribió que, “El público apoyó la participación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial en mayor medida por el efecto de shock del ataque japonés a Pearl Harbor.” [3]
En 1999, Andrew Krepinevich, director ejecutivo del Centro para Evaluaciones Estratégicas y Presupuestarias testificó ante el Subcomité de Servicios Armados del Senado sobre Amenazas Emergentes y Capacidades. Afirmó que Estados Unidos se enfrentaba a un “desafío sin precedentes”:
[L]a necesidad de transformar nuestras Fuerzas Armadas en un tipo muy diferente de ejercito del que existe hoy en día, manteniendo al mismo tiempo la capacidad del ejército de desempeñar un rol muy activo en apoyar los esfuerzos estadounidenses en el corto plazo para preservar la estabilidad global dentro de una estrategia de seguridad nacional de compromiso y expansión. [4]
Tras abogar por una masiva re-imaginación del rol y la naturaleza de la fuerza militar estadounidense, impulsando la noción de una “revolución en los asuntos militares” y una aceleración de las ambiciones imperiales, le dijo al Comité del Senado:
Parece existir un acuerdo general sobre la necesidad de transformar al ejército estadounidense en uno tipo de fuerza muy diferente de la que emergió victoriosa de la Guerra Fría y del Golfo. Sin embargo, este apoyo verbal no se ha traducido en un programa de apoyo a la transformación de la defensa. [...] Si bien existe un creciente apoyo en el Congreso para la transformación, la “masa crítica” [es decir, el apoyo del público] necesaria para poder lograrlo no se ha conseguido todavía. Se puede concluir que, en ausencia de un fuerte shock externo para Estados Unidos – uno de tipo “Pearl Harbor” de los últimos días – la superación de los obstáculos a la transformación probablemente será un proceso largo y arduo. [5]
En 1999, Graham Fuller, ex Director Adjunto del Consejo Nacional de Inteligencia de la CIA, abogó por utilizar fuerzas musulmanas para promover los intereses estadounidenses en Asia Central. Afirmó que, “La política de orientar la evolución del Islam y de ayudarles contra nuestros adversarios funcionó maravillosamente bien en Afganistán contra [los rusos]. La misma doctrina puede seguir utilizándose para desestabilizar lo que queda de la potencia rusa, y sobre todo para contrarrestar la influencia china en Asia Central.” [6]
En junio de 2000, el Estado Mayor Conjunto del Pentágono publicó Joint Vision 2020, esbozando la estrategia militar estadounidense que el Departamento de Defensa “seguirá en el futuro.” El énfasis del informe fue puesto en la noción de “Full Spectrum Dominance” [Dominio de Espectro Completo], que representa “la capacidad de las fuerzas estadounidenses, operando solas o con aliados, de derrotar a cualquier adversario y controlar cualquier situación en toda la gama de operaciones militares”:
Joint Vision 2020 trata el dominio de espectro completo en toda la gama de conflictos, desde una guerra nuclear a las guerras en grandes teatros hasta las contingencias de menor escala. Asimismo trata situaciones amorfas como el mantenimiento de la paz y la ayuda humanitaria no combatiente.[7]
El think tank neoconservador del Project for a New American Century (PNAC) publicó un informe en septiembre de 2000, llamado Rebuilding America’s Defenses en el que abogó por una masiva expansión del imperio estadounidense y el “dominio de espectro completo”, así como la necesidad de emprender una “Revolución en Asuntos Militares”, y llevar a cabo múltiples guerras simultáneas en diferentes regiones del mundo. Varios miembros del think tank y autores del informe llegarían a tener posiciones clave de la política del gobierno de Bush varios meses más tarde (incluyendo, pero no limitándose, a Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz, y Zalmay Khalilzad). Si bien reconoce la tremenda labor que este “proyecto” representaría, según el informe:
Además, el proceso de transformación, aunque traiga un cambio revolucionario, es probable que sea largo, de no ser que exista algún evento catastrófico y catalizador – como un nuevo Pearl Harbor.” [8]
En enero de 2001, la Comisión Rumsfeld, que fue creada para analizar el Manejo y Organización de la Seguridad Nacional del Espacio de Estados Unidos, presidida por el nuevo Secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld (quien también fue signatario y miembro del Project for a New American Century, al mismo tiempo). Abogó por una expansión de las capacidades militares en el espacio y una reorganización total de las fuerzas armadas y las agencias de inteligencia de los Estados Unidos. El informe señala que:
La historia está repleta de casos en los que las señales de advertencia fueron ignoradas y el cambio se resistió hasta que un evento externo e “improbable” obligó a las burocracias resistentes a tomar acción. La cuestión es si Estados Unidos será lo suficientemente sabio para actuar con responsabilidad y con suficiente antelación para reducir la vulnerabilidad espacial de Estados Unidos. O si, como en el pasado, un ataque mutilador contra el país y su pueblo – un “Pearl Harbor Espacial” – será el único evento capaz de galvanizar a la nación y hacer que el gobierno estadounidense actúe [9].
Ya en 1998, el Presidente fue advertido en su exposición informativa diaria de la CIA que, “bin Laden y sus aliados se están preparando para un ataque en los Estados Unidos, incluyendo el secuestro de un avión.” NORAD, el “comando de Defensa del Espacio Aéreo Norteamericano también realizó un ejercicio para hacer frente a un ataque terrorista demoledor con un avión contra un edificio.” En agosto de 1999, “advirtió la rama de inteligencia de la Administración Federal de Aviación de una posible operación de “secuestro suicida” por parte de Osama Bin Laden.” [10]

En octubre de 2000, el Pentágono realizó un ejercicio de respuesta de emergencia en el que “hubo un incidente terrorista simulado en la parada de metro del Pentágono y un accidente de construcción,” y además visionó un “avión de pasajeros” derribado en el patio del Pentágono [11].
Durante años, el NORAD estuvo realizando ejercicios militares y los ejercicios en los que se previó aviones secuestrados y estrellados contra edificios en los Estados Unidos. [12] Uno de los objetivos previstos en los ejercicios NORAD era el World Trade Center:
En otro ejercicio, jets desarrollaron un simulacro de derribo sobre el Océano Atlántico de un avión, supuestamente cargado de venenos químicos dirigiéndose hacia un objetivo en Estados Unidos. En un tercer escenario, el objetivo fue el Pentágono -, pero esa tarea no se ejecutó después que funcionarios de Defensa señalaron que era poco realista. [13]
Como reveló The Guardian en abril de 2004:
Cinco meses antes de los atentados del 11 de septiembre, planificadores militares estadounidenses propusieron un juego de guerra para practicar una respuesta ante un ataque terrorista con un avión comercial lanzado contra el Pentágono, pero oficiales de alto rango rechazaron el escenario por ser “demasiado poco realista” [14].
En mayo de 2001, tuvo lugar un ejercicio involucrando al Comando Central de Estados Unidos, el Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos y el Comando de Fuerzas Conjuntas de Estados Unidos donde el establishment militar “previó” la primera guerra del Siglo XXI tan de cerca que, “Nostradamus no pudo haber acertado a la primera batalla de la próxima guerra más cerca de lo que lo hicimos”, como expresara con el ejercicio un ex alto funcionario, Dave Ozolek. El ejercicio, Unified Vision 2001:
[A]crecentó la comprensión de que la amenaza estaba cambiando. Ozolek dijo que el escenario era una gran amenaza regional emergiendo desde el Medio Oriente. El escenario pidió un despliegue global hacia un país sin salida al mar con un terreno hostil y desprovisto de bases y acuerdos con los países vecinos para el acceso de Estados Unidos.
[. . . ] La amenaza que retratamos es un estado inestable y hostil, pero el enemigo principal no era el Estado mismo, sino un actor transnacional con base en esa zona, globalmente conectado, capaz y dispuesto a realizar ataques terroristas en Estados Unidos como parte de esa campaña.
[. . . ] “Muchos de los participantes de Unified Vision, 100 días después, eran planificadores de guerra”, dijo Ozolek. Tomaron sus experiencias de Unified Vision de regreso a sus comandos y les dieron un uso mientras los comandos creaban planes para las operaciones Libertad Duradera y Águila Noble, dijo. Tenían una idea de las tácticas, técnicas y procedimientos necesarios para operar contra tal enemigo, señaló.
Ozolek dijo que Unified Vision refuta a los expertos que se ganan la vida criticando al Departamento de Defensa. “Lo primero que les gusta decir es que siempre vivimos en la batalla final de la última guerra”, dijo. “Lo que les estamos mostrando es que esta vez lo hicimos bien: Realmente estuvimos mirando a la primera batalla de la próxima guerra, y acertamos bastante cerca.” [15]
Después del 9/11, en mayo de 2002, Condoleezza Rice, declaró, “No creo que nadie podría haber predicho que… que intentarían utilizar un avión como un misil, un avión secuestrado como un misil.” [16] Así que Condi es una tonta o una mentirosa, porque esa declaración no es algo, sino que total y absolutamente falsa. El aparato de seguridad nacional había anticipado en su totalidad, e incluso simularon y ensayaron este mismo escenario. Fue esperado, preparado, y con nada menos que planes de guerra ansiando desplegarse.
La Comisión del 9/11
De suma importancia en la comprensión de los eventos del 9/11 es tomar nota del financiamiento de la operación. La misma Comisión del 9/11 afirmó:
Hasta la fecha el gobierno estadounidense no ha podido determinar el origen del dinero utilizado para los ataques del 9/11. En el fondo, la cuestión es de poca importancia práctica [17].
Sin embargo, hay que discrepar con esta afirmación. El hecho es que cualquier investigación exhaustiva, penal o de otro tipo, debería prestar especial atención al rol del financiamiento; sigan al dinero. Este no es el único fracaso de la Comisión del 9/11, como ha sido ampliamente documentado.
Desde su creación, la Comisión del 9/11 estuvo plagada de problemas. La Administración Bush se había resistido a los intentos de formar una comisión para investigar los atentados del 9/11 durante más de un año, incluso presionando al Líder de la Mayoría del Senado, Tom Daschle, a no iniciar una investigación. [18] En mayo de 2002, el Presidente Bush expresó su oposición a la formación de una Comisión del 9/11 [19].
En septiembre de 2002, Bush revocó su decisión anterior y respaldó la propuesta de formar una comisión “independiente” para investigar los ataques. [20] Un mes después de esta declaración, la Casa Blanca comenzó socavar el proceso, puesto que “un acuerdo casi total del Congreso se deshizo repentinamente en octubre, después que un legislador republicano involucrado en las negociaciones finales recibiera una llamada del vicepresidente Dick Cheney”, lo que condujo a un estancamiento del proceso [21].
A mediados de noviembre, el Congreso aprobó la creación de una Comisión del 9/11 bipartidista para investigar los ataques, con 10 congresistas, 5 demócratas y 5 republicanos, con el Presidente designado por la Administración Bush y el Vicepresidente designado por los demócratas. [22]
El gobierno de Bush escogió de Presidente nada menos que a Henry Kissinger, el ex Asesor de Seguridad Nacional y Secretario de Estado de Nixon y Ford, “un consumado conocedor de Washington”, por no decir criminal de guerra. Incluso el New York Times tuvo que admitir que:
Desafortunadamente, su afinidad por el poder e intereses comerciales que ha cultivado desde que dejó el gobierno pueden convertirlo en todo menos en la figura firmemente independiente que se necesita para este puesto crítico. De hecho, es tentador preguntarse si la elección del Sr. Kissinger no es una hábil maniobra de la Casa Blanca para contener una investigación a la que se opuso largamente [23].
Dos semanas más tarde, “Frente a cuestionamientos sobre posibles conflictos de intereses, Henry Kissinger renunció” a la Presidencia de la Comisión del 9/11. [24] Fue reemplazado por el ex gobernador de Nueva Jersey, Thomas Kean. A partir de noviembre de 2003, un Comisionado, Max Cleland, afirmó que “la investigación es ahora comprometedora” para la Casa Blanca [25].Poco después del lanzamiento del Informe Final de la Comisión del 9/11 en 2004, Harper’s Magazine la llamó “un engaño y un fraude”, declarando que el informe era un “encubrimiento”. [26]
En 2006, los dos copresidentes de la Comisión publicaron un libro en el que afirmaron que la Comisión fue engañada tanto por la FAA como por el Departamento de Defensa, específicamente NORAD [27]. Varios comisionados están on the record señalando que sentían que el Pentágono les mintió deliberadamente a ellos con el fin de inducirles a error. [28] Además, gran parte de la información recibida y utilizada por la comisión en su informe “fue producto de duros interrogatorios a los agentes de al-Qaida – interrogatorios que muchos críticos han calificado de tortura.”[29]
Al final resultó que, el Director Ejecutivo de la Comisión del 9/11, Philip Zelikow, era un hombre de prioridades y conexiones dudosas. Fue el autor esencial del informe final y controló el personal de investigación de la comisión. Zelikow, “un ex colega de la entonces Asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, fue nombrado ejecutivo de la Comisión del 9/11 pese a sus estrechos vínculos con la Casa Blanca de Bush, y permaneció en contacto regular con [Karl] Rove, mientras supervisaba la comisión.” Zelikow “habló secretamente con el cercano asesor del Presidente Bush, Karl Rove, y otros dentro de la Casa Blanca mientras la comisión aparentemente autónoma estaba terminando su informe”. Zelikow incluso había coescrito previamente un libro con Condoleezza Rice. Tras la publicación del informe, Zelikow pasó entonces a trabajar como asesor de Condoleezza Rice en la Casa Blanca [30].
Los Bin Laden
Existen muchas revelaciones fascinantes e importantes sobre la intrincada relación entre la CIA, el ISI y Al Qaeda en el período previo a los acontecimientos del 9/11 que merecen ser objeto de mayor escrutinio.En primer lugar, echemos un vistazo a Osama bin Laden. Bin Laden, cuya relación con la CIA en el pasado ha sido bien documentada, al parecer actuó de díscolo tras la Guerra de Estados Unidos en el Golfo de 1991 contra Irak y el emplazamiento de tropas y bases militares estadounidenses en Arabia Saudita. Sin embargo, hay informes que indican que la relación entre Bin Laden y el aparato de inteligencia estadounidense se mantuvo, al menos hasta cierto punto, durante muchos años.
Debemos recordar la naturaleza de al-Qaeda, como organización, o red, de activos de inteligencia financiados, armados, entrenados y dispersos en todo el mundo por una compleja red de agencias de inteligencia de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Arabia Saudita, y Pakistán.
Un tribunal francés llevó a cabo una investigación sobre la red financiera de Osama bin Laden, quien la creó simplemente para tener independencia económica, y financiar las operaciones de Al Qaeda con sus propios fondos. Sin embargo, se reveló que Osama mantuvo una cuenta bancaria conjunta con su medio hermano Yeslam bin Laden en Suiza entre 1990 y 1997. De particular interés para los investigadores era “una transferencia de 241 millones de euros a Pakistán en el 2000 desde una cuenta que pertenece a una empresa llamada Cambridge, una filiar de SBG [Saudi Bin Laden Group], que fue abierta en el Deutsche Bank en Ginebra”, con fondos “transferidos a una cuenta que pertenece conjuntamente a Osama bin Laden y una persona de nacionalidad paquistaní.” [31]
A Der Spiegel, un importante periódico alemán, se le concedió acceso a miles de páginas de documentos de inteligencia relacionados con Bin Laden y Al Qaeda. En el informe sobre los documentos, los autores revelaron que cuando Bin Laden necesitó financiamiento, “La elite saudita – y su propia familia – acudieron en su ayuda.” La lista de financistas:
es un verdadero “quién es quién” de la monarquía de Medio Oriente, incluyendo firmas de dos ex ministros, seis banqueros y doce prominentes hombres de negocios. La lista también menciona a “los hermanos bin Laden”. … ¿”Los hermanos bin Laden”, quienes primero prometieron dinero a Al-Qaida y, a continuación, en 1994, emitieron un comunicado de prensa conjunto declarando que estaban expulsando de la familia a Osama por ser una “oveja negra”, realmente rompieron los lazos con su pariente de sangre – o estaban simplemente tomándole el pelo al mundo? [32]
La cuñada de Osama bin Laden, incluso declaró:
No me creo para nada que los Bin Laden hayan rechazado a Osama. En esta familia, un hermano siempre es un hermano, no importa lo que haya hecho. Estoy convencida de que la compleja red y el tejido estrecho entre el clan Bin Laden y la familia real saudí todavía está operando [33].
Tras la muerte del padre de Osama, Salem bin Laden, el hermano de Osama, se convirtió en jefe de la empresa, Saudi Bin Laden Group (SBG). Como informó Der Spiegel:
Salem Bin Laden estableció vínculos empresariales con la élite política norteamericana, cuando, según fuentes de inteligencia francesas, ayudó a la Administración Reagan a eludir al Senado de los Estados Unidos y canalizar 34 millones dólares a los rebeldes derechistas Contras que operaban en Nicaragua. También desarrolló estrechos vínculos con la familia Bush en Texas [34].
Mientras Osama estaba luchando en Afganistán contra los soviéticos, fue a menudo visitado personalmente por el príncipe saudí Turki, jefe de la inteligencia saudita, y fue financiado tanto por el Saudi Bin Laden Group (SBG) como por la familia real saudí. En 1990, cuando el rey Fahd de Arabia Saudita permitió a los norteamericanos establecer bases militares en Arabia Saudita, el SBG consiguió el contrato para construir las bases [35].
Aunque la familia de Osama Bin Laden afirmó que era una “oveja negra” y que cortaron los lazos con él en la década de 1990, la evidencia es fuerte en sustentar que Osama no sólo mantuvo vínculos con su familia, sino que mantuvo sus vínculos con la inteligencia saudí. Mientras Osama estaba en Sudan en la década de 1990, la inteligencia saudita envió a su familia a reunirse con él con tanta frecuencia, y mantuvieron contacto tan estrecho con él, que la agencia de inteligencia israelí, el Mossad, creía que Osama era un espía saudí. En 1994, bajo intensa presión pública, tanto Arabia Saudita como la familia Bin Laden rechazaron públicamente sus vínculos con Osama [36].
Sin embargo, incluso después de esto, cuando Osama regresó a Afganistán a mediados de la década de 1990 para trabajar con los talibanes, el príncipe Turki de la inteligencia saudí todavía mantenía contacto e incluso visitaba a Osama, incluso trayendo “regalos” como docenas de camiones:
Según un antiguo miembro del servicio de inteligencia talibán, el Príncipe Turki y OBL [Osama bin Laden] hicieron un trato: los saudíes apoyarían económicamente a al-Qaida, pero sólo a condición de que no habrían ataques en suelo saudí. [37]
El 9 de enero de 2001, Osama asistió a la boda de sus hijos en Afganistán, acompañado por su madre y dos hermanos, difícilmente acciones de una “oveja negra”. Además, dos de las hermanas de Osama viajaron a Abu Dhabi en febrero de 2001 a “entregar grandes sumas de dinero a un agente de al-Qaeda. En Estados Unidos, la familia Bin Laden tenía pasaportes diplomáticos, de manera que después de los ataques del 9/11, ellos no podían ser cuestionados, de hecho fueron llevados fuera del país. Los Bin Laden también tienen negocios con la familia Bush a través de la compañía de inversión, el Carlyle Group [38]. Nadie pareciera cuestionar por qué la familia Bin Laden tenía pasaportes diplomáticos, un extraño suceso, al parecer, para una familia de “negocios” saudí que no participaba de ninguna “diplomacia” oficial o formal.
En marzo de 2000, se informó que Osama bin Laden estaba enfermo y que sufría de una enfermedad hepática y renal. [39] Una fuente de inteligencia occidental dijo a la revista de Hong-Kong, Asiaweek, que Bin Laden estaba agonizando por una insuficiencia renal. [40]
En julio de 2001, Osama bin Laden pasó 10 días en el hospital estadounidense de Dubai para tratamiento. Viajó desde Pakistán a Dubai el 4 de julio 2001, para ser tratado en el Servicio de Urología. Mientras estaba en el hospital, Osama fue visitado por varios miembros de su familia, autoridades saudíes, y la CIA. Uno de los visitantes fue el príncipe saudí Turki al Faisal, jefe de la inteligencia saudita, y el jefe de la CIA en Dubai, quien poco después fue llamado a Washington [41].
El 10 de septiembre de 2001, la noche antes de los ataques del 9/11, Osama bin Laden estaba en Pakistán “consiguiendo tratamiento médico con el apoyo de los mismos militares que días después, habían ofrecido su respaldo a la guerra contra el terrorismo de Estados Unidos en Afganistán”. La inteligencia pakistaní informó que Bin Laden estaba siendo rápidamente trasladado a un hospital militar en Rawalpindi para el tratamiento de diálisis renal. Como señalara un trabajador médico, “se trasladó a todo el personal regular en el Servicio de Urología y enviaron un equipo secreto para reemplazarlos.” El presidente pakistaní, Musharraf, declaró abiertamente en público que Osama sufría de una enfermedad renal y estaba cerca de la muerte [42].
El ISI Pakistaní y el 9/11
Durante todo el tiempo de la asistencia abierta y encubierta por parte del ISI pakistaní a los talibanes y al-Qaeda en Afganistán, la CIA mantuvo los estrechos vínculos con el ISI que había desarrollado durante la Guerra Afgano-Soviética en la década de 1980, cuando utilizaba al ISI como un conducto; como era establecido a través del Safari Club en la década de 1970, que era la organización de las agencias de inteligencia occidentales, que utilizaron agencias de inteligencia de Medio Oriente y Asia como conductos para sus actividades encubiertas. Entonces, la CIA mantuvo su extenso contacto con el ISI, así que estaría bastante al corriente de sus actividades [43].
Un alto funcionario de inteligencia indio llegó a señalar que “la Agencia de Inteligencia de la Defensa de Estados Unidos estaba consciente de que los Inter-Servicios de Inteligencia de Pakistán (ISI) eran patrocinadores de los talibanes y Al Qaeda, pero la Administración Bush decidió ignorar sus conclusiones.” [44] ¿Es inconcebible que, dado que la CIA mantuvo sus contactos con el ISI, y el ISI mantuvo y amplió sus contactos con los talibanes y Al Qaeda, que la CIA no estuviese patrocinando en realidad tanto a los talibanes como a Al-Qaeda a través del ISI también? Sabemos que la CIA estaba apoyando a los talibanes a través de la misma red del ISI que apoyaba a agentes de al-Qaeda [45], por lo tanto se necesitaría un esfuerzo imaginativo para pensar que la CIA no podría estar consciente de su posterior apoyo a al-Qaeda. Ya sea directa o indirectamente, la CIA estaba apoyando al-Qaeda.
Poco después de 9/11, la inteligencia india se dio cuenta del hecho de que el general Mahmud Ahmad, jefe de los Inter-Servicios de Inteligencia de Pakistán (ISI) había transferido 100.000 dólares de Saeed Sheikh, un terrorista convicto que tenía conexiones con el ISI, a Mohamed Atta, el presunto líder y uno de los secuestradores del 9/11. Así, el ISI, en efecto, financió los ataques del 9/11. Sin embargo, hay varias facetas más ambiguas en esta historia. Lo que pasa es que el general Mahmoud Ahmad fue a Washington DC, el 4 de septiembre de 2001 para una visita de una semana. El 10 de septiembre, el día anterior al 9/11, un periódico paquistaní, publicó un artículo sobre la visita de Ahmad:
la presencia de una semana de duración del Jefe del ISI, Tte. Gral. Mahmood en Washington ha desatado la especulación respecto a la agenda de sus misteriosas reuniones en el Pentágono y el Consejo de Seguridad Nacional. Oficialmente, fuentes del Departamento de Estado dicen que él está en una visita rutinaria en retribución de la visita anterior del director de la CIA, George Tenet, a Islamabad. Fuentes oficiales confirman que se reunió esta semana con Tenet. También sostuvo extensas charlas con funcionarios sin especificar en la Casa Blanca y el Pentágono. Pero la reunión más importante fue con Mark Grossman, el Subsecretario de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos.
… Lo que añade interés a su visita es la historia de estas visitas. La última vez que Ziauddin Butt, el predecesor de Mahmood, estuvo aquí durante el gobierno de Nawaz Sharif la política interior se fue patas arriba en unos días. Que esta no sea la primera visita de Mahmud en los últimos tres meses muestra la urgencia de las conversaciones en curso [46].
El General Ahmad, mientras estuvo en Washington, se reunió con el director de la CIA, George Tenet, y el subsecretario de Estado, Richard Armitage. En la mañana del 9/11, el general Ahmad estaba en una reunión con los Presidentes los Comités de Inteligencia de la Cámara y del Senado, el senador Bob Graham y el representante Porter Goss, un ex veterano de 10 años en operaciones clandestinas de la CIA. Porter Goss fue puesto más tarde a cargo de una investigación conjunta de la Cámara y el Senado sobre los atentados del 11 de septiembre, y después se convirtió en el director de la CIA [47].
El General Mahmoud, habiendo canalizado 100.000 dólares a Mohamad Atta, el líder de supuestos secuestradores del 9/11, implica al ISI en los ataques del 9/11, al menos desde una posición financiera. El FBI incluso confirmó que la transacción fue efectuada [48]. Los extensos vínculos del ISI con la inteligencia estadounidense y el hecho de que Ahmad estuviese en DC hablando con legisladores de alto nivel, el Departamento de Estado, el Pentágono y funcionarios de inteligencia plantea la pregunta de cuál era la naturaleza precisa de esas reuniones secretas.
Michael Meacher, ex parlamentario británico y miembro del gabinete de Tony Blair, escribió en The Guardian que:
Ahmed, el pagador de los secuestradores, estuvo incluso en Washington el 9/11, y mantuvo una serie de reuniones de alto nivel pre-9/11 en la Casa Blanca, el Pentágono, el Consejo de Seguridad Nacional, y con George Tenet, el entonces jefe de la CIA, y Marc Grossman, subsecretario de estado para asuntos políticos. Cuando Ahmed fue expuesto por el Wall Street Journal como quien envió el dinero a los secuestradores, fue forzado a “retiro” por el presidente Pervez Musharraf. [49]
Meacher discute en profundidad el caso de Sibel Edmonds, ex traductora del FBI devenida en delatora que trató de exponer la evidencia de lo que consideraba una colusión entre las agencias de inteligencia y los terroristas detrás del 9/11. Posteriormente fue amordazada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos:
Ella es una ex traductora de inteligencia del FBI de 33 años de edad, turco-estadounidense, habla en persa, la lengua hablada principalmente en Irán y Afganistán, que tenía acreditación de seguridad de alto secreto. Trató de dar la alarma sobre el encubrimiento de la inteligencia que nombra a algunos de los culpables que orquestaron los ataques del 9/11, pero ahora está bajo dos órdenes amordazadoras que le prohíben testificar en el tribunal o citar los nombres de las personas o países involucrados. Ha sido citada diciendo: “Mis traducciones de las intercepciones del 9/11 incluyen blanqueo de dinero [terrorista], información detallada y con fecha específica… si se tratara de hacer una investigación real, veríamos varios juicios criminales importantes de alto nivel en este país [Estados Unidos]… y créanme, que harán todo lo posible para encubrir esto” [50].
En agosto de 2009, Sibel Edmonds reveló que, “fue Estados Unidos en cercanía “íntima” con los talibanes y Al Qaeda utilizando los militantes para alcanzar determinados objetivos en Asia Central”, y afirmó que “Con esos grupos, teníamos operaciones en Asia Central.” Explicó que Washington utilizó esos grupos “como lo hicimos durante el conflicto afgano-soviético.” [51] En otras palabras, Estados Unidos había armado, financiado y utilizado a al-Qaeda para sus propios objetivos, igual que siempre.
El 11 de septiembre de 2009, ocho años después del día de los eventos del 9/11, un importante periódico británico, el Daily Mail, publicó una historia crítica de la historia oficial en relación con Osama bin Laden. En ella, el autor plantea la siguiente pregunta:
¿Y si está muerto desde hace años, y los servicios de inteligencia, británicos y estadounidenses, están en realidad jugando un juego de doble engaño? ¿Qué pasa si todo lo que hemos visto u oído hablar de él en vídeo y cintas de audio desde los primeros días después del 9/11 es una falsificación – y es mantenido “vivo” por los aliados occidentales para conseguir apoyo a la guerra contra el terrorismo? [52]
El artículo citaba al ex oficial de inteligencia exterior estadounidense y redactor experimentado Angelo M. Codevilla, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Boston diciendo, “Toda la evidencia sugiere que Elvis Presley está hoy más vivo que Osama Bin Laden”:
El Prof. Codevilla afirmó: “Las supuestas cintas de video y de audio de Osama nunca convencerán al observador imparcial”, afirmó. “El tipo no se parece a Osama. Algunos videos lo muestran con una nariz semítica, aguileña, mientras que otros lo muestran con una más corta, más amplia. Al lado de eso, las diferencias entre los colores y estilos de la barba son pequeños detalles.” [53]
Es interesante señalar que, tras los ataques del 9/11, Osama bin Laden, al menos en cuatro afirmaciones de medios de prensa y comunicación independientes del Medio Oriente, indicaron que él no participó en los ataques del 9/11, mientras en el vídeo donde supuestamente se adjudica la responsabilidad por los ataques porta anillos de oro, lo que está prohibido por su religión wahabí, así como escribir con la mano derecha, mientras que en la página web del FBI dice que es zurdo, y su rostro es borroso y difícil de distinguir. El 28 de septiembre de 2001, Osama bin Laden dijo: “Ya he dicho que no estoy involucrado. Como musulmán, me esfuerzo por evitar decir una mentira. Yo no tenía conocimiento… Tampoco me parece que el asesinato de mujeres, niños y otros seres humanos inocentes sea un acto apreciable.” [54]
Incluso se informó que Osama bin Laden había muerto de insuficiencia renal el 13 de diciembre de 2001, en las montañas de Tora Bora en la frontera entre Afganistán y Pakistán. Ese mismo día, el gobierno estadounidense lanzó el video fatal en el que Osama se adjudicó la responsabilidad por los ataques. Sin embargo, el Bin Laden en el vídeo era muy diferente de las imágenes conocidas del Bin Laden real, e incluso tenía una nariz en forma diferente, su barba era más oscura, su piel pálida, y sus dedos ya no eran largos y delgados, así como el hecho de que parecía estar en buen estado de salud [55].
Como informara Los Angeles Times en noviembre de 2009, la extensa y estrecha relación entre la CIA y el ISI no ha disminuido desde 9/11; en realidad, se acrecentó: “la CIA ha canalizado cientos de millones de dólares al servicio de inteligencia de Pakistán desde los ataques del 11 de septiembre, lo que representa hasta un tercio del presupuesto anual de la agencia de espionaje extranjera.” Además, “los pagos a Pakistán están autorizados en virtud de un programa encubierto aprobado inicialmente por el entonces presidente George W. Bush y continuaron bajo la presidencia de Obama.” Además, “la CIA trae rutinariamente a operativos del ISI a un centro de entrenamiento secreto en Carolina del Norte”, y como señala el artículo, “la CIA también dirige millones de dólares a otros servicios de espionaje extranjeros. Pero la magnitud de los pagos al ISI refleja el papel central de Pakistán.” Como explica el informe en Los Angeles Times, el apoyo financiero de la CIA al ISI comenzó durante el conflicto afgano-soviético, y no ha parado desde entonces, y desde el 9/11, incluso se ha acrecentado. [56]
El Nexo Personificado: El Caso de Ali Mohamed
Tal vez el ejemplo perfecto de la relación compleja y el nexo entre las agencias de inteligencia y al-Qaeda es el caso de un hombre llamado Ali Mohamed. Como informó el San Francisco Chronicle en 2001, “Un antiguo sargento del ejército estadounidense que entrenó a los guardaespaldas de Osama bin Laden y ayudó a planear los atentados de 1998 de la Embajada de Estados Unidos en Kenia fue informante del gobierno estadounidense durante gran parte de su carrera terrorista.” Ali Mohamed, un ciudadano estadounidense nacido en Egipto se había acercado a la CIA a mediados de la década de 1980 para ser informante. También pasó años como informante del FBI, siendo todo el tiempo un operativo de alto nivel de Al Qaeda, entrenando incluso a guardaespaldas de Osama bin Laden, así como entrenando terroristas en campamentos en Afganistán y Sudán, y planificó el atentado de 1998 a la embajada estadounidense en Kenia [57].
Funcionarios del Departamento de Estado declararon que se trataba simplemente de una señal de los problemas relacionados con el reclutamiento los informantes, que Mohamed era un agente doble trabajando para al-Qaeda, y que deberían haberlo “conocido mejor”. Sin embargo, la excusa de la ignorancia no puede ir tan lejos, y considerando los extensos vínculos de Mohamed no con una, sino varias agencias estadounidenses, no hay duda de que era un doble agente, pero quizá lo más probable es que estuvo trabajando como agente de Al Qaeda para el gobierno estadounidense. Después de todo, una cosa es decir que Ali Mohamed tenía suerte en evadir ser capturado, pero tenía suerte continuamente, una y otra vez. Uno se pregunta si la “suerte” es organizada.
En 1971, Ali Mohamed se unió al ejército egipcio, llegando al rango de mayor. Bien educado en Egipto, hablaba con fluidez en inglés. En 1981, se unió a la Jihad Islámica Egipcia, “un grupo de radicales fundamentalistas musulmanes que se opuso a los vínculos del gobierno egipcio con Estados Unidos e Israel, que incluía a miembros del ejército egipcio.” El mismo año, en 1981, Mohamed viajó a la Estados Unidos por primera vez, “graduándose de un programa especial para funcionarios extranjeros en la escuela de Fuerzas Especiales del Ejército de Estados Unidos en Fort Bragg, Carolina del Norte.” En 1984, Mohamed dejó el ejército egipcio [58].
En 1984, Ali Mohamed se acercó a la oficina de la CIA en Egipto para ofrecer ser un espía. Oficialmente, la CIA cortó el contacto con él poco después, cuando se puso en contacto con organizaciones terroristas y les informó que estaba trabajando con la CIA, supuestamente se propuso para espiar a los organismos de inteligencia estadounidense. Así que la CIA tenía al Departamento de Estado agregándolo a una lista de “vigilancia” para que él no pudiera entrar a los Estados Unidos. Sin embargo, al año siguiente, Ali Mohamed obtuvo un visado de la embajada estadounidense y se fue a los Estados Unidos. Después se unió al ejército estadounidense y “sirvió con una de sus unidades de élite.” [59]
Desde 1986 hasta 1989, Ali Mohamed sirvió en la base de las Fuerzas Especiales del Ejército, en Fort Bragg, Carolina del Norte, hasta que se retiró con honores en 1989. Si bien en servicio activo, se fue a Nueva York, donde entrenó a musulmanes locales en tácticas militares para ir a combatir en la guerra afgano-soviética. Uno de sus estudiantes fue “El Sayyid A. Nosair, el inmigrante egipcio condenado por el asesinato el rabino Meir Kahane, fundador de la Liga de Defensa Judía, en 1990″, que fue la primera operación registrada de al-Qaeda en territorio estadounidense. [60].
A principios de 1990, Ali Mohamed comenzó a trabajar para el FBI. Mohamed estableció relaciones con Osama bin Laden ya en 1991, y colaboró en diversas formas, tales como ayudar a bin Laden y “Al Qaeda” a obtener documentos falsos, ayudar con tareas de logística, e incluso ayudó a reubicar a Osama desde Afganistán a Sudán en 1991. Muchos terroristas entrenados por Mohamed participaron posteriormente en la trama para volar el World Trade Center en 1993. En 1992, Mohamed regresó a Afganistán para continuar el entrenamiento de militantes. Ese mismo año, fue detenido por funcionarios en Roma, pero fue puesto en libertad poco después. [61]
En 1992, Ali Mohamed creó una célula terrorista de Al Qaeda en Kenia y en 1993, Bin Laden pidió a Mohamed que explorara posibles objetivos terroristas en Nairobi, Kenia. Tomó fotos y examinó la Embajada de Francia, la oficina de la USAID y la embajada estadounidense. Bin Laden eligió posteriormente la Embajada de Estados Unidos como objetivo. [62]
En 1993, fue detenido por la Policía Montada en Vancouver, Canadá, “mientras viajaba en compañía de un sospechoso asociado de Bin Laden que estaba tratando de entrar a los Estados Unidos usando documentos falsos.” [63] Sin embargo, después que a la Policía Montada se le pidió contactarse con sus controladores del FBI, Mohamed fue liberado. [64] Subsecuentemente, fue cerebro de los atentados de las Embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania en 1998 [65].


Sin embargo, hay implicancias que pueden sugerir que los vínculos de Ali Mohamed a la CIA no terminan ni se desvanecen en la década de 1980. Después del 9/11, se reportaron en los medios varias revelaciones sobre un programa encubierto que permitía la entrada de terroristas de alto nivel a Estados Unidos bajo un programa secreto de la CIA que tenía al Departamento de Estado emitiendo visas a terroristas con el fin de ingresarlos a Estados Unidos.
La CIA Ingresa Terroristas a Estados Unidos
Michael Springman, ex funcionario del Departamento de Estado y jefe de la Oficina de Visados de Estados Unidos en Jeddah, Arabia Saudita, desde 1987 hasta 1989, acudió al público con sus experiencias. Afirmó que, “En Arabia Saudita se me ordenó en varias ocasiones, por parte de funcionarios de alto nivel del Departamento de Estado, expedir visados a solicitantes no calificados”, y que fue a quejarse a diferentes departamentos y agencias; sin embargo, sus quejas fueron recibidas con silencio. Comentó: “Lo que yo objetaba era, en realidad, un esfuerzo para llevar reclutas, reunidos por Osama Bin Laden, a Estados Unidos para recibir entrenamiento terrorista por parte de la CIA. Posteriormente, serían devueltos a Afganistán para luchar contra la entonces Unión Soviética.” Además:
El ataque contra el World Trade Center en 1993 no sacudió la fe del Departamento de Estado en los saudíes, ni el ataque a los cuarteles de Estados Unidos en las Torres Khobar en Arabia Saudita tres años después, en el que 19 estadounidenses murieron. Los agentes del FBI comenzaron a sentir que su investigación estaba siendo obstruida. ¿Le sorprendería saber que los agentes del FBI estaban un poco frustrados porque no podían examinar algunas conexiones saudíes? [66]
Como reveló posteriormente Springman en una entrevista con la CBC, al jeque Abdel Rahman, el terrorista conocido fundamentalmente por haber desempeñado un papel clave en el primer atentado contra el World Trade Center en 1993, le fue expedido un visado de un oficial encubierto de la CIA en Sudán, “Y que 15 o algo de las personas que vinieron de Arabia Saudita para participar en los ataques a las Torres Gemelas y el Pentágono [el 9/11] habían conseguido su visa a través del general consular estadounidense en Jeddah.” El entrevistador preguntó si esto sugería que ese “ducto” de solicitudes de visado expedidas por la CIA a terroristas nunca se cerró, y Springman respondió:
Exactamente. Yo pensaba que lo había conseguido, porque había lanzado suficientes críticas que pensaba que lo había conseguido. Había reclamado a la embajada en Riad, había reclamado a la seguridad diplomática en Washington, había reclamado a la Oficina General de Contabilidad, había reclamado a la Oficina del Inspector General del Departamento de Estado, y había reclamado a la Oficina de Asuntos Consulares en el Departamento de Estado. Al parecer, los ecos de esto rebotaron por todo el Departamento de Estado [67].
Finalmente, el Departamento de Estado despidió a Springman sin una razón consistente. Según ha explicado, el mismo programa en donde se le ordenó permitir el ingreso de terroristas a Estados Unidos a finales de 1980 había continuado y 15 de los 19 de los supuestos secuestradores del 9/11 tenían visados expedidos a través de esta red. Además, resultó que Ali Mohamed fue “admitido en los Estados Unidos bajo un programa de visas especiales controladas por el servicio clandestino de la CIA”, y él afirmaba estar trabajando para la CIA [68].
A mediados de la década de 1990, Ali Mohamed ayudó al actual número dos de al-Qaeda, presumiblemente después de Osama bin Laden, Ayman al-Zawahiri, a venir a California y recaudar dinero para las operaciones de al-Qaeda. En 2000, Ali Mohamed fue llamado para ser interrogado y fue posteriormente detenido en relación a su participación en los atentados de las embajadas de 1998 y es mantenido en un lugar secreto [69].
Por lo tanto, tenemos un perfecto ejemplo del “nexo del terror” en Ali Mohamed: al mismo tiempo tenía vínculos con la CIA, el FBI, el Ejército, y al-Qaeda. Su estatus de alto nivel dentro de Al-Qaeda no podría haberse desarrollado sin el conocimiento y el apoyo de sus controladores. Mohamed era un doble agente, eso es seguro, ¿pero para quien trabajaba realmente? Teniendo en cuenta que ha desaparecido en el abismo de la “seguridad nacional”, las respuestas nunca serán completamente satisfechas. Sin embargo, esto proporciona más pruebas de la relación secreta que Estados Unidos mantiene con al-Qaeda.
Able Danger: Rastreando a los Terroristas del 9/11
El Tte. Coronel Anthony Shaffer, un oficial de inteligencia militar, reveló su profundo conocimiento sobre su trabajado con programa ultra-secreto del Pentágono “Able Danger”. Able Danger “se inició en 1999, a instancias del general Hugh Shelton, posteriormente, jefe del estado mayor conjunto y bajo la supervisión directa del general Pete Schoomaker, entonces comandante del Comando de Operaciones Especiales (SOCOM).” La CIA, sin embargo, se había negado a cooperar con el programa Able Danger, que fue diseñado para rastrear a los terroristas, y desarrolló un enfoque específico sobre al-Qaeda. Raytheon, una empresa privada de contrataciones militares, participó en este programa de extracción de datos de inteligencia militar. Cuando Schaffer hizo pública la información sobre el programa, el “entonces director adjunto de Actividades Operacionales de la Agencia de Inteligencia de la Defensa esencialmente tiró el tapón en su relación con Able Danger.” [70]
En septiembre de 2000, más de un año antes de 9/11, Able Danger, “una pequeña unidad de inteligencia militar altamente clasificada identificó a Mohammed Atta y otros tres futuros secuestradores como probables miembros de una célula de Al Qaeda que operan en los Estados Unidos” y en el verano de 2000, Able Danger recomendó que la información sea compartida con el FBI para ir y remover la célula terrorista. Sin embargo, la información no fue compartida y la recomendación fue rechazada, al parecer debido a que “el Sr. Atta y los demás estaban en Estados Unidos con visas de ingreso válidas.” Además:
Un ex vocero de la comisión de 11 de septiembre, Al Felzenberg, confirmó que los miembros de su personal, incluyendo a Philip Zelikow [un amigo de Condi Rice, quien más tarde se unió a la Administración Bush], el director ejecutivo, se les habló sobre el programa en un viaje al extranjero en octubre de 2003 que incluyó escalas en Afganistán y Pakistán [71].
Un portavoz del Pentágono dijo que la Comisión del 9/11 examinó la cuestión durante las audiencias de la Comisión, sin embargo, “optó por no incluirlo en el informe final.” [72] Otros oficiales de inteligencia y fuentes se movieron para revelar y validar las afirmaciones hechas respecto a “Able Danger”, incluyendo J. D. Smith, un contratista de defensa que confirmó que Able Danger había identificado a Atta. Por otra parte, el capitán de navío Scott Phillips también está on record junto a Schaffer, alegando que fueron “desalentados de examinar más profundamente a Atta” y sus intentos por compartir información con el FBI fueron frustrados. [73] Posteriormente, el Congreso inició una investigación sobre el programa “Able Danger”. Según el testimonio del Congreso:
Abogados del Pentágono durante la administración Clinton ordenaron la destrucción de los informes de inteligencia que identificaron al líder del 11 de septiembre Mohamed Atta meses antes de los atentados contra el Pentágono y el World Trade Center. [74]
Además, en 2004, la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA), “destruyó los archivos sobre el programa de extracción de datos del Ejército conocido como Able Danger para evitar divulgar la información”:
El Retirado Mayor del Ejército Erik Kleinsmith, ex director del Centro de Información de Guerra del Ejercito Terrestre, dijo al panel de abogados del Pentágono que dirigió, que eliminara 2 terabytes de datos computarizados – el equivalente a una cuarta parte de la información en la Biblioteca del Congreso – sobre Able Danger en mayo o junio del 2000 debido a problemas legales por la información de ciudadanos estadounidenses [75].
En septiembre de 2005, mientras la investigación del Senado sobre Able Danger estaba en marcha, varios senadores de ambos partidos acusaron al Departamento de Defensa “de obstruir una investigación sobre si un programa de inteligencia altamente confidencial conocido como Able Danger, efectivamente, identificó a Mohamed Atta y otros futuros secuestradores como posibles amenazas mucho antes de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.” Esto se produjo después que el Pentágono “bloqueara a varios testigos de declarar ante el Comité Judicial del Senado en una audiencia pública.” [76]
El Pentágono incluso admitió que, “se había bloqueado a varios oficiales militares y analistas de inteligencia de testificar en una audiencia abierta del Congreso sobre un programa de inteligencia altamente confidencial”. Un portavoz del Pentágono dijo que el testimonio abierto “no sería apropiado.” [77]
La Comisión del 9/11, a pesar del testimonio del coronel Schaffer y otras personas sobre el programa Able Danger, había descartado a Able Danger por “no ser de importancia histórica”, y justifica dejarlo fuera del informe final, declarando que, “las agencias de inteligencia estadounidenses no tenían conciencia del Sr. Atta hasta el día de los ataques.” Louis Freeh, ex director del FBI, escribió en un artículo en el Wall Street Journal, que esta afirmación de la Comisión del 9/11 era “vergonzosamente errónea”, en especial desde que miembros de la Comisión reconocieran en 2005 (un año después de la liberación del Informe de la Comisión del 9/11), que se habían reunido con funcionarios de Able Danger que mencionaron estar en seguimiento de Atta antes del 9/11 [78].
Además, se reveló más información sobre la relación que varios supuestos secuestradores tenían con la comunidad de inteligencia estadounidense, como fuera revelado por Newsweek en 2002 que dos secuestradores fueron identificados por la CIA, en enero de 2000, cuando asistieron a una reunión de Al Qaeda en Malasia. Sin embargo, los dos hombres se fueron entonces a San Diego, donde asistieron a la escuela de vuelo, donde se “mudaron a la casa de un hombre musulmán que se hizo amigo de ellos en el Centro Islámico local. El propietario regularmente oró con ellos e incluso ayudó a abrirles una cuenta bancaria.” Sin embargo, su propietario también pasó a ser un “activo encubierto” del FBI, sin embargo, nada se hizo. [79]
Inmediatamente después de los ataques del 9/11 ataques, Newsweek informó que el ejército le dio información al FBI, alegando que 5 de los secuestradores del 9/11 “recibieron entrenamiento en instalaciones militares seguras de Estados Unidos en la década de 1990.” Además, “tres de los supuestos secuestradores apuntan su dirección de licencias de conducir y registros de vehículos a la Estación Aérea Naval en Pensacola.” Newsweek continúa:
Sin embargo, hay ligeras discrepancias entre el registro de entrenamiento militar y la lista oficial de presuntos secuestradores del FBI, ya sea en la ortografía de sus nombres o en sus fechas de nacimiento. Una fuente militar dijo que es posible que los secuestradores pudiesen haber robado la identidad de ciudadanos extranjeros que estudiaron en instalaciones estadounidenses [80].
¿Podría el uso de identidades falsas o identidades duales ser la razón por la cual, a finales de septiembre de 2001, se informó de que cuatro de los presuntos secuestradores del 9/11 resultaron estar vivos y bien, y vivían en el Medio Oriente? El FBI publicó la lista de los 19 supuestos secuestradores del 9/11, y algunos de los nombres y fotografías de la lista de personas todavía estaban vivos, una proeza notable para un imputado de estrellarse con un avión en una misión suicida. Incluso el director del FBI a fines de septiembre de 2001, reconoció que la identidad de muchos de los secuestradores estaba aún en duda. [81] Sin embargo, estas no fueron cuestiones abordadas por la Comisión del 9/11.Esto debe ser examinado y tratado mucho más de cerca y críticamente; el rol de agencias de inteligencia estadounidenses y otras occidentales respecto de lo que se conoce como “al-Qaeda.” Dada nuestra comprensión histórica de al-Qaeda como una “base de datos” de activos de inteligencia, que fueron reclutados para luchar en la Guerra Afgano-Soviética, y nuestra comprensión más reciente de las relaciones entre varias agencias de inteligencia, históricamente y en la actualidad, con estos grupos e individuos, ¿no parece plausible que la operación de al-Qaeda como una brazo secreto de la política estadounidense haya continuado? Ciertamente, se necesita realizar más investigaciones, pero lo que sí está claro es que todas y cada una de las investigaciones oficiales hasta el momento no han sido más que mentiras inventadas: es decir, engaños deliberados e intencionales, diseñados para ocultar la verdad, no revelarla.
Es también dentro de este marco, de entender el nexo profundo entre inteligencia y terrorismo en las relaciones internacionales y estratagemas imperiales (es decir, engaño estratégico), que debemos ver el ascenso, rol, evolución y propósito de la “Guerra Global contra el Terrorismo”, ahora en su noveno año, gastando billones para enviar estadounidenses pobres a matar musulmanes pobres de los países de todo Medio Oriente, África y Asia Central y Meridional.
Andrew Gavin Marshall es investigador asociado de Centre for Research on Globalization(CRG) , y está estudiando Economía Política e Historia en Canadá. Es coeditor, con Michel Chossudovsky, del reciente libro “La Crisis Económica Global: La Gran Depresión del Siglo XXI“, disponible en Globalresearch.ca.
Original en: Global Research
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 4.Referencias
1.Notas
[1] Peter Dale Scott, The Road to 9/11: Wealth, Empire, and the Future of America. University of California Press: 2007: page 62
[2] Ibid, page 63.
[3] Ibid, page 62.
[4] Ibid, pages 66-67.
[5] HP-Time, The Crescent of Crisis. Time Magazine: January 15, 1979:
http://www.time.com/time/magazine/article/0,9171,919995-1,00.html
[6] Peter Dale Scott, op. cit., page 67.
[7] F. William Engdahl, A Century of War: Anglo-American Oil Politics and the New World Order. London: Pluto Press, 2004: page 171
[8] Manouchehr Ganji, Defying the Iranian Revolution: From a Minister to the Shah to a Leader of Resistance. Greenwood Publishing Group, 2002: page 41
[9] Ibid, page 39.
[10] Ibid, page 41.
[11] Ibid.
[12] F. William Engdahl, A Century of War: Anglo-American Oil Politics and the New World Order. London: Pluto Press, 2004: page 172
[13] Ibid, page 171.
[14] George Lenczowski, The Arc of Crisis: It’s Central Sector. Foreign Affairs: Summer, 1979: page 796
[15] Ibid, page 797.
[16] Ibid, page 798.
[17] IPS, Q&A: Iran’s Islamic Revolution Had Western Blessing. Inter-Press Service: July 26, 2008:
http://www.ipsnews.net/news.asp?idnews=43328
[18] Michael D. Evans, Father of the Iranian revolution. The Jerusalem Post: June 20, 2007:
http://www.jpost.com/servlet/Satellite?cid=1181813077590&pagename=JPost/JPArticle/ShowFull
[19] Peter Dale Scott, op cit., page 89.
[20] George Lenczowski, The Arc of Crisis: It’s Central Sector. Foreign Affairs: Summer, 1979: page 810
[21] F. William Engdahl, op cit., page 172.
[22] Peter Dale Scott, op cit., page 81.
[23] Michael D. Evans, Father of the Iranian revolution. The Jerusalem Post: June 20, 2007:
http://www.jpost.com/servlet/Satellite?cid=1181813077590&pagename=JPost/JPArticle/ShowFull
[24] Peter Dale Scott, op cit., page 83.
[25] Ibid, page 84.
[26] Ibid, page 81.
[27] Ibid, pages 85-86.
[28] Ibid.
[29] Ibid, page 87.
[30] Ibid, pages 88-89.
[31] Ibid.
[32] Ibid, pages 87-88.
[33] Ibid, page 85.
[34] Ibid, page 86.
[35] Ibid, page 88.
[36] F. William Engdahl, A Century of War: Anglo-American Oil Politics and the New World Order. London: Pluto Press, 2004: page 173
[37] Andrew Gavin Marshall, Controlling the Global Economy: Bilderberg, the Trilateral Commission and the Federal Reserve. Global Research: August 3, 2009:
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=14614
[38] Peter Dale Scott, The Road to 9/11: Wealth, Empire, and the Future of America. University of California Press: 2007: page 89
[39] PBS, Secrets of His Life and Leadership: An Interview with Said K. Aburish. PBS Frontline:
http://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/shows/saddam/interviews/aburish.html
[40] Michael Parenti, Afghanistan, Another Untold Story. Global Research: December 4, 2008:
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=11279
[41] Oleg Kalugin, How We Invaded Afghanistan. Foreign Policy: December 11, 2009:
http://www.foreignpolicy.com/articles/2009/12/11/how_we_invaded_afghanistan
[43] Ibid.
[44] Peter Dale Scott, The Road to 9/11: Wealth, Empire, and the Future of America. University of California Press: 2007: page 73
[45] Michael Parenti, Afghanistan, Another Untold Story. Global Research: December 4, 2008:
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=11279
[46] Peter Dale Scott, op cit., page 78.
[47] Ibid, page 116.
[48] Ibid, page 122.
[49] Ibid, page 123.
[50] Ibid,.
[51] Alfred W. McCoy, The Politics of Heroin: CIA Complicity in the Global Drug Trade. (Lawrence Hill Books: Chicago, 2003), page 80
[52] Ibid, page 162.
[53] Ibid.
[54] Ibid, pages 283-386.
[55] Ibid, page 466.
[56] Ibid, page 474.
[57] Peter Dale Scott, The Road to 9/11: Wealth, Empire, and the Future of America. University of California Press: 2007: page 73
[58] Alfred W. McCoy, op cit., page 475.
[59] Peter Dale Scott, op cit., page 74.
[60] Ibid, pages 75-76.
[61] Ibid, page 124.
[62] Ibid, pages 75-76.
[63] Ibid, page 124.
[64] Carol Off, Back to school in Afghanistan. CBC: May 6, 2002:
http://www.cbc.ca/news/background/afghanistan/schools.html
[65] Joe Stephens and David B. Ottaway, From U.S., the ABC’s of Jihad. The Washington Post: March 23, 2002:
http://www.washingtonpost.com/ac2/wp-dyn/A5339-2002Mar22?language=printer
[66] Steve Coll, Ghost Wars: The Secret History of the CIA, Afghanistan, and Bin Laden, From the Soviet Invasion to September 10, 2001. Penguin Books, New York, 2004: Page 328
[67] Steve Coll, Ghost Wars: The Secret History of the CIA, Afghanistan, and Bin Laden, From the Soviet Invasion to September 11, 2001. (London: Penguin, 2005), page 285
[68] Steve Coll, “Steve Coll” Interview with PBS Frontline. PBS Frontline: October 3, 2006:
http://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/taliban/interviews/coll.html
[69] Robert Dreyfuss, Devil’s Game: How the United States Helped Unleash Fundamentalist Islam. (New York: Metropolitan Books, 2005), page 326
[70] ToI, “CIA worked in tandem with Pak to create Taliban”. The Times of India: March 7, 2001:
http://www.multiline.com.au/~johnm/taliban.htm
[71] Robert Dreyfuss, Devil’s Game: How the United States Helped Unleash Fundamentalist Islam. (New York: Metropolitan Books, 2005), pages 279-280
[72] Simon Reeve, The New Jackals: Ramzi Yousef, Osama bin Laden, and the Future of Terrorism. (London: André Deutsch Ltd, 1999), page 168
[73] Michael Moran, Bin Laden comes home to roost. MSNBC: August 24, 1998:
http://www.msnbc.msn.com/id/3340101/
[74] Veronique Maurus and Marc Rock, The Most Dreaded Man of the United States, Controlled a Long Time by the CIA. Le Monde Diplomatique: September 14, 2001: http://www.wanttoknow.info/010914lemonde
[75] Gerald Posner, Why America Slept: The Failure to Prevent 9/11. (New York: Random House, 2003), page 29
[76] Steve Coll, The Bin Ladens. (New York: Penguin, 2008), pages 7-9
[77] AP, Al Qaeda Financing Documents Turn Up in Bosnia Raid. Fox News: February 19, 2003:
http://www.foxnews.com/story/0,2933,78937,00.html
[78] Peter Dale Scott, The Road to 9/11: Wealth, Empire, and the Future of America. University of California Press: 2007: pages 140-141
[79] Ibid, page 141.
[80] Robin Cook, The struggle against terrorism cannot be won by military means. The Guardian: July 8, 2005:
http://www.guardian.co.uk/uk/2005/jul/08/july7.development
[81] Pierre-Henri Bunel, Al Qaeda — the Database. Global Research: November 20, 2005:
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=BUN20051120&articleId=1291
2.Notas
[1] Nafeez Mosaddeq Ahmed, The War on Truth: 9/11, Disinformation, and the Anatomy of Terrorism. (Northampton: Olive Branch Press, 2005), page 331
[2] Pipelineistan: The rules of the game. Asia Times: January 26, 2002:
http://www.gasandoil.com/goc/features/fex20867.htm
Seymour Hersh, The Price of Oil. The New Yorker: July 9, 2001
[3] Tyler, Patrick E. U.S. Strategy Plan Calls for Insuring No Rivals Develop: A One Superpower World. The New York Times: March 8, 1992.
http://work.colum.edu/~amiller/wolfowitz1992.htm
[4] Ibid.
[5] John Roberts, Roots of Allied Farce. The American Spectator: May 4, 1999:
http://www.antiwar.com/spectator1.html
[6] Ibid.
[7] Michel Chossudovsky, Dismantling Former Yugoslavia, Recolonizing Bosnia-Herzegovina. Global Research: February 19, 2002:
http://globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=370
[8] David Binder, Yugoslavia Seen Breaking Up Soon. The New York Times: November 28, 1990
[9] Gary Wilson, New reports show secret U.S. role in Balkan war. Workers World News Service: 1996:http://www.workers.org/ww/1997/bosnia.html
[10] Ian Traynor, Croat general on trial for war crimes. The Guardian: March 12, 2008:
http://www.guardian.co.uk/world/2008/mar/12/warcrimes.balkans
[11] Adam LeBor, Croat general Ante Gotovina stands trial for war crimes. The Times Online: March 11, 2008:
http://www.timesonline.co.uk/tol/news/world/europe/article3522828.ece
[12] Brendan O’Neill, ‘You are only allowed to see Bosnia in black and white’. Spiked: January 23, 2004:
http://www.spiked-online.com/Articles/0000000CA374.htm
[13] Richard J. Aldrich, America used Islamists to arm the Bosnian Muslims. The Guardian: April 22, 2002:
http://www.guardian.co.uk/world/2002/apr/22/warcrimes.comment/print
[14] Tim Judah, German spies accused of arming Bosnian Muslims. The Telegraph: April 20, 1997:
http://www.serbianlinks.freehosting.net/german.htm
[15] Peter Dale Scott, The Road to 9/11: Wealth, Empire, and the Future of America. University of California Press: 2007: pages 149-150
[16] History Commons, Serbia and Montenegro: 1996-1999: Albanian Mafia and KLA Take Control of Balkan Heroin Trafficking Route. The Center for Cooperative Research:
http://www.historycommons.org/topic.jsp?topic=country_serbia_and_montenegro
[17] History Commons, Serbia and Montenegro: 1997: KLA Surfaces to Resist Serbian Persecution of Albanians. The Center for Cooperative Research:
http://www.historycommons.org/topic.jsp?topic=country_serbia_and_montenegro
[18] History Commons, Serbia and Montenegro: February 1998: State Department Removes KLA from Terrorism List. The Center for Cooperative Research:
http://www.historycommons.org/topic.jsp?topic=country_serbia_and_montenegro
[19] Marcia Christoff Kurop, Al Qaeda’s Balkan Links. The Wall Street Journal: November 1, 2001:
http://www.freerepublic.com/focus/fr/561291/posts
[20] Global Research, German Intelligence and the CIA supported Al Qaeda sponsored Terrorists in Yugoslavia. Global Research: February 20, 2005:
http://globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=431
[21] Michel Chossudovsky, Kosovo: The US and the EU support a Political Process linked to Organized Crime. Global Research: February 12, 2008:
http://globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=8055
[22] Andrew Gavin Marshall, Breaking Yugoslavia. Geopolitical Monitor: July 21, 2008:
http://www.geopoliticalmonitor.com/content/backgrounders/2008-07-21/breaking-yugoslavia/
[23] Aleksandar Pavi, Correspondence between German Politicians Reveals the Hidden Agenda behind Kosovo’s “Independence”. Global Research: March 12, 2008:
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=8304
[24] Jacob Heilbrunn and Michael Lind, The Third American Empire. The New York Times: January 2, 1996:
http://www.nytimes.com/1996/01/02/opinion/the-third-american-empire.html?pagewanted=1
[25] George Monbiot, A discreet deal in the pipeline. The Guardian: February 15, 2001:
http://www.guardian.co.uk/business/2001/feb/15/oil.georgemonbiot
[26] Ibid.
[27] Robert Dreyfuss, Devil’s Game: How the United States Helped Unleash Fundamentalist Islam. Owl Books, 2005: page 332-333
[28] Bernard Lewis, Rethinking the Middle East. Foreign Affairs, Fall 1992: pages 116-117
[29] Stephen Braun and Judy Pasternak, Long Before Sept. 11, Bin Laden Aircraft Flew Under the Radar. The Los Angeles Times: November 18, 2001:
http://web.archive.org/web/20030618094400/http://www.latimes.com/news/nationworld/nation/la-111801osamair,0,7388562.story
[30] Ibid.
[31] Ibid.
[32] John Crewdson, German Intelligence Points to Two Saudi Companies As Having Al Qaeda Links. The Chicago Tribune: March 31, 2004
[33] Billy Waugh and Tim Keown, Hunting the Jackal: A Special Forces and CIA Ground Soldier’s Fifty-Year Career Hunting America’s Enemies. (William Morrow, 2004), pages 173, 303, 308
[34] Martin Bright, MI6 ‘halted bid to arrest bin Laden’. The Guardian: November 10, 2002:
http://www.guardian.co.uk/politics/2002/nov/10/uk.davidshayler
[35] Ibid.
[36] Michel Chossudovsky, Who Is Osama bin Laden? Global Research: September 12, 2001:
http://www.globalresearch.ca/articles/CHO109C.html
[37] Mark Ames, Dividing Russia. AlterNet: June 29, 2005:
http://www.alternet.org/story/23230
[38] Adrian Blomfield and Mike Smith, Gorbachev: US could start new Cold War. The Telegraph: May 6, 2008:
http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/europe/russia/1933223/Gorbachev-US-could-start-new-Cold-War.html
[39] Marcus Warren, Back garden ‘oil barons’ spring up in Chechnya. The Telegraph: June 7, 2002:
http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/europe/russia/1396582/Back-garden-oil-barons-spring-up-in-Chechnya.html
Peter Dale Scott, Pipeline Politics – Oil Behind Plan for U.S. Troops in Georgia. New American Media: February 28, 2002:
http://news.ncmonline.com/news/view_article.html?article_id=812
Michel Chossudovsky, Who Is Osama bin Laden? Global Research: September 12, 2001:
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Sharon LaFraniere, How Jihad Made Its Way to Chechnya. The Washington Post: April 26, 2003:
http://www.washingtonpost.com/ac2/wp-dyn/A39482-2003Apr25?language=printer
BBC, Obituary: Chechen rebel Khattab. BBC World News: April 26, 2002:
http://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/1952053.stm
[40] Nafeez Mosaddeq Ahmed, Our Terrorists. The New Internationalist: October 2009:
http://www.newint.org/features/2009/10/01/blowback-extended-version/
[41] PNAC, Rebuilding America’s Defenses. Project for the New American Century: September 2000, pages 6, 8, 9, 14, 51:
http://www.newamericancentury.org/publicationsreports.htm
[42] Ibid.
[43] Brzezinski, Zbigniew. The Grand Chessboard: American Primacy and its Geostrategic Imperatives. Basic Books, 1997: Page 40
[44] Ibid, page 124.
[45] Ibid, page 148.
[46] BBC, Taleban in Texas for talks on gas pipeline. BBC World: December 4, 1997:
http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/west_asia/37021.stm
[47] Thomson Financial, Amoco Argentina-Oil Assets acquires Bridas Corp-South American Oil from Bridas Corp. Thomson Financial Mergers and Acquisitions: November 17, 1997:
http://www.alacrastore.com/storecontent/Thomson_M&A/Amoco_Argentina_Oil_Assets_acquires_Bridas_Corp_South_American_Oil_from_Bridas_Corp-693739040
[48] BBC, Afghan Pipeline Deal Close. BBC World: November 3, 1997:
http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/west_asia/21007.stm
[49] BBC, Taleban says it’s ready to sign Turkmen pipeline deal. BBC News: January 4, 1998:
http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/s/w_asia/44521.stm
[50] Brian Becker, Where have all the cold warriors gone? U.S. oil giants drain Azerbaijan. Workers World: August 21, 1997:
http://www.hartford-hwp.com/archives/51/029.html
[51] Mary Pat Flaherty, David B. Ottaway and James V. Grimaldi, How Afghanistan Went Unlisted as Terrorist Sponsor. The Washington Post: November 5, 2001:
http://www.highbeam.com/doc/1P2-478705.html
[52] Steven Levine, Unocal Quits Afghanistan Pipeline Project. The New York Times: December 5, 1998:
http://s3.amazonaws.com/911timeline/1990s/nyt120598.html
[53] History Commons, 1996-September 11, 2001: Enron Gives Taliban Millions in Bribes in Effort to Get Afghan Pipeline Built.
http://www.historycommons.org/context.jsp?item=a96enronbribe#a96enronbribe
[54] Halliburton, Halliburton Alliance Awarded Integrated Service Contract Offshore Caspian Sea In Turkmenistan. 1997 Press Releases: October 27, 1997:
http://www.halliburton.com/news/archive/1997/hesnws_102797.jsp
[55] Dale Allen Pfeiffer, The Forging of ‘Pipelineistan’. From the Wilderness: 2002:
http://www.fromthewilderness.com/free/ww3/071102_pipelineistan.html
[56] Ritt Goldstein, Oil wars Pentagon’s policy since 1999. Sydney Morning Herald: May 20, 2003:
http://www.smh.com.au/articles/2003/05/19/1053196528488.html
[57] S. Frederick Starr, Afghanistan Land Mine. The Washington Post: December 19, 2000:
http://www.ratical.org/ratville/CAH/linkscopy/AfghanLM.html
[58] Rahul Bedi, India joins anti-Taliban coalition. Jane’s Security News: March 15, 2001:
http://www.janes.com/security/international_security/news/jir/jir010315_1_n.shtml
[59] SMH, Defence redefined means securing cheap energy. Sydney Morning Herald: December 26, 2002:
http://www.smh.com.au/articles/2002/12/25/1040511092926.html
[60] David Leigh, Attack and counter-attack. The Guardian: September 26, 2001:
http://www.guardian.co.uk/Archive/Article/0,4273,4264545,00.html
[61] George Arney, US ‘planned attack on Taleban’. BBC News: September 18, 2001:
http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/south_asia/1550366.stm
[62] Jim Miklaszewski and Alex Johnson, U.S. sought attack on al-Qaida. MSNBC: May 16, 2002:
http://www.msnbc.msn.com/id/4587368/
[63] Michael Meacher, This War on Terrorism is Bogus. The Guardian: September 6, 2003:
http://www.guardian.co.uk/politics/2003/sep/06/september11.iraq
[64] George Monbiot, America’s pipe dream. The Guardian: October 23, 2001:
http://www.guardian.co.uk/world/2001/oct/23/afghanistan.terrorism11
[65] Ted Rall, It’s About Oil. The San Francisco Chronicle: November 2, 2001:
http://articles.sfgate.com/2001-11-02/opinion/17625946_1_kazak-caspian-sea-black-sea
3.Notas
[1] Zbigniew Brzezinski, The Grand Chessboard: American Primacy and its Geostrategic Imperatives. (Basic Books: 1997), page 148
[2] Ibid, page 36.
[3] Ibid, page 25.
[4] Andrew Krepinevich, Emerging Threats, Revolutionary Capabilities And Military Transformation. Testimony of Andrew Krepinevich, Executive Director, before the Senate Armed Services Subcommittee on Emerging Threats and Capabilities: March 5, 1999:
http://www.csbaonline.org/4Publications/Archive/T.19990305.Emerging_Threats,_/T.19990305.Emerging_Threats,_.htm
[5] Ibid.
[6] Richard Labeviere, Dollars for Terror: The US and Islam. (New York: Algora Publishing, 1999), pages 5-6
[7] Jim Garamone, Joint Vision 2020 Emphasizes Full-spectrum Dominance. American Forces Press Service: June 2, 2000:
http://www.defense.gov/news/newsarticle.aspx?id=45289
[8] PNAC, Rebuilding America’s Defenses. Project for the New American Century: September 2000, page 51:
http://www.newamericancentury.org/publicationsreports.htm
[9] David Ray Griffin, The New Pearl Harbor, 2nd ed. (Interlink Books, 2004), page 99
[10] Fred Kaplan, Show Me the Money. Slate: July 22, 2004:
http://slate.msn.com/id/2104208/
[11] Dennis Ryan, Contingency planning Pentagon MASCAL exercise simulates
scenarios in preparing for emergencies. US Army Military District of Washington: November 3, 2000:
http://www.prisonplanet.com/pentagon_preparing.htm
[12] Barbara Starr, NORAD exercise had jet crashing into building. CNN: April 19, 2004:
http://www.cnn.com/2004/US/04/19/norad.exercise/
[13] Steven Komarow and Tom Squitieri, NORAD had drills of jets as weapons. USA Today: April 19, 2004:
 http://www.usatoday.com/news/washington/2004-04-18-norad_x.htm
[4] Julian Borger, Hijackers fly into Pentagon? No chance, said top brass. The Guardian: April 15, 2004:
http://www.guardian.co.uk/world/2004/apr/15/usa.september11
[15] Jim Garamone, Pre-9-11 Exercise Forecasted First War of 21st Century. American Forces Press Service: July 30, 2002:
http://www.defense.gov/news/newsarticle.aspx?id=43608
[16] Pete Brush, Report Warned Of Suicide Hijackings. CBS News: May 17, 2002:
http://www.cbsnews.com/stories/2002/05/18/attack/main509488.shtml
[17] Final Report of the National Commission on Terrorist Attacks Upon the United States. (National Commission on Terrorist Attacks Upon the United States: 2004), page 172
[18] Howard Fineman, The Battle Back Home. Newsweek: February 4, 2002
[19] Pete Brush, Bush Opposes 9/11 Query Panel. CBS News: May 23, 2002:
http://www.cbsnews.com/stories/2002/05/15/attack/main509096.shtml
[20] Bootie Cosgrove-Mather, Bush Backs Independent 9-11 Probe. CBS News: September 20, 2002:
http://www.cbsnews.com/stories/2002/09/24/attack/main523156.shtml
[21] Carl Hulse, How a Deal Creating an Independent Commission on Sept. 11 Came Undone. The New York Times: November 2, 2002:
http://www.nytimes.com/2002/11/02/politics/02COMM.html
[22] Dana Bash, Congress OKs 9/11 special commission. CNN: November 15, 2002:
http://archives.cnn.com/2002/ALLPOLITICS/11/15/congress.commission/index.html
[23] The Kissinger Commission. The New York Times: November 29, 2002:
http://www.nytimes.com/2002/11/29/opinion/29FRI1.html
[24] Kissinger resigns as head of 9/11 commission. CNN: December 13, 2002:
http://archives.cnn.com/2002/ALLPOLITICS/12/13/kissinger.resigns/
[25] Laurence Arnold, 9/11 panel to get access to withheld data. The Boston Globe: November 13, 2003:
http://www.boston.com/news/nation/articles/2003/11/13/911_panel_to_get_access_to_withheld_data/
[26] Benjamin DeMott, Whitewash as public service: How The 9/11 Commission Report defrauds the nation. Harper’s Magazine: October 2004:
http://www.harpers.org/archive/2004/10/0080234
[27] James M Klatell, 9/11 Commissioners Expose Obstructions. CBS News: August 5, 2006:
http://www.cbsnews.com/stories/2006/08/05/terror/main1868087.shtml
[28] Dan Eggen, 9/11 Panel Suspected Deception by Pentagon. The Washington Post: August 2, 2006:
http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2006/08/01/AR2006080101300.html?sub=AR
[29] Robert Windrem and Victor Limjoco, 9/11 Commission controversy. MSNBC: January 30, 2008
[30] Nick Juliano, Book: Director of 9/11 commission secretly spoke with Rove, White House. The Raw Story: January 31, 2008:
http://www.rawstory.com/news/2007/Book_Director_of_911_commission_secretly_0131.html
[31] French Magistrate Widens Bin Laden Finance Probe. Reuters: December 25, 2004:
http://www.michaelmoore.com/words/latest-news/french-magistrate-widens-bin-laden-finance-probe
[32] Georg Mascolo and Erich Follath, Osama’s Road to Riches and Terror. Der Spiegel: June 6, 2005:
http://www.spiegel.de/international/spiegel/0,1518,359690,00.html
[33] Ibid.
[34] Ibid.
[35] Ibid.
[36] Erich Follath and Georg Mascolo, Tracking Osama’s Kin Around the World. Der Spiegel: June 6, 2005:
http://www.spiegel.de/international/spiegel/0,1518,359831,00.html
[37] Ibid.
[38] Ibid.
[39] Kathy Gannon, Bin Laden Reportedly Ailing. AP: March 25, 2000:
http://s3.amazonaws.com/911timeline/2000/ap032500.html
[40] Suspected Saudi Terrorist Osama bin Laden Dying, Magazine Says. Deutsche Presse-Agentur: March 16, 2000:
http://s3.amazonaws.com/911timeline/2000/deutschepresseagentur031600.html
[41] Anthony Sampson, CIA agent alleged to have met Bin Laden in July. The Guardian: November 1, 2001:
http://www.guardian.co.uk/world/2001/nov/01/afghanistan.terrorism
[42] Hospital Worker: I Saw Osama. CBS News: January 28, 2002:
http://www.cbsnews.com/stories/2002/01/28/eveningnews/main325887.shtml
[43] ToI, “CIA worked in tandem with Pak to create Taliban”. Times of India: March 7, 2001:
http://www.multiline.com.au/~johnm/taliban.htm
[44] PTI, ‘US ignored its own agency’s reports on ISI backing Al Qaeda’. Rediff: September 25, 2003:
http://www.rediff.com/news/2003/sep/25us.htm
[45] ToI, “CIA worked in tandem with Pak to create Taliban”. Times of India: March 7, 2001:
http://www.multiline.com.au/~johnm/taliban.htm
[46] Amir Mateen, ISI Chief’s Parleys Continue in Washington. The News: September 10, 2001:
http://s3.amazonaws.com/911timeline/2001/news091001.html
[47] Richard Leiby, A Cloak But No Dagger. The Washington Post: May 18, 2002:
http://www.washingtonpost.com/ac2/wp-dyn?pagename=article&node=&contentId=A36091-2002May17&notFound=true
[48] Pepe Escobar, 9-11 AND THE SMOKING GUN. Asia Times: April 8, 2004:
http://www.atimes.com/atimes/Front_Page/FD08Aa01.html
[49] Michael Meacher, The Pakistan connection. The Guardian: July 22, 2004:
http://www.guardian.co.uk/world/2004/jul/22/usa.september11
[50] Ibid.
[51] US on ‘intimate’ terms with extremists in Central Asia. Press TV: August 1, 2009:
http://www.presstv.com/detail.aspx?id=102232&sectionid=3510203
[52] Sue Reid, Has Osama Bin Laden been dead for seven years – and are the U.S. and Britain covering it up to continue war on terror? The Daily Mail: September 11, 2009:
http://www.dailymail.co.uk/news/article-1212851/Has-Osama-Bin-Laden-dead-seven-years–U-S-Britain-covering-continue-war-terror.html
[53] Ibid.
[54] Ibid.
[55] Ibid.
[56] Greg Miller, CIA pays for support in Pakistan. Los Angeles Times: November 15, 2009:
http://articles.latimes.com/2009/nov/15/world/fg-cia-pakistan15
[57] Lance Williams and Erin McCormick, Al Qaeda terrorist worked with FBI. San Francisco Chronicle: November 4, 2001:
http://www.sfgate.com/cgi-bin/article.cgi?file=/c/a/2001/11/04/MN117081.DTL
[58] Lance Williams and Erin McCormick, Bin Laden’s man in Silicon Valley. The San Francisco Chronicle: September 21, 2001:
http://www.sfgate.com/cgi-bin/article.cgi?f=/c/a/2001/09/21/MN224103.DTL&hw=ali+mohamed&sn=003&sc=282
[59] Benjamin Weiser and James Risen, THE MASKING OF A MILITANT: A special report.; A Soldier’s Shadowy Trail In U.S. and in the Mideast. The New York Times: December 1, 1998:
http://www.nytimes.com/1998/12/01/world/masking-militant-special-report-soldier-s-shadowy-trail-us-mideast.html?pagewanted=1
[60] Benjamin Weiser, U.S. Ex-Sergeant Linked To bin Laden Conspiracy. The New York Times: October 30, 1998:
http://www.nytimes.com/1998/10/30/world/us-ex-sergeant-linked-to-bin-laden-conspiracy.html?pagewanted=1
[61] Benjamin Weiser and James Risen, THE MASKING OF A MILITANT: A special report.; A Soldier’s Shadowy Trail In U.S. and in the Mideast. The New York Times: December 1, 1998:
http://www.nytimes.com/1998/12/01/world/masking-militant-special-report-soldier-s-shadowy-trail-us-mideast.html?pagewanted=1
[62] Lance Williams and Erin McCormick, Bin Laden’s man in Silicon Valley. The San Francisco Chronicle: September 21, 2001:
http://www.sfgate.com/cgi-bin/article.cgi?f=/c/a/2001/09/21/MN224103.DTL&hw=ali+mohamed&sn=003&sc=282
[63] Benjamin Weiser and James Risen, THE MASKING OF A MILITANT: A special report.; A Soldier’s Shadowy Trail In U.S. and in the Mideast. The New York Times: December 1, 1998:
http://www.nytimes.com/1998/12/01/world/masking-militant-special-report-soldier-s-shadowy-trail-us-mideast.html?pagewanted=1
[64] ESTANISLAO OZIEWICZ AND TU THANH HA, Canada freed top al-Qaeda operative. The Globe and Mail: November 22, 2001:
http://www.mail-archive.com/hydro@topica.com/msg00224.html
[65] Benjamin Weiser and James Risen, THE MASKING OF A MILITANT: A special report.; A Soldier’s Shadowy Trail In U.S. and in the Mideast. The New York Times: December 1, 1998:
http://www.nytimes.com/1998/12/01/world/masking-militant-special-report-soldier-s-shadowy-trail-us-mideast.html?pagewanted=1
[66] BBC, Has someone been sitting on the FBI? BBC News: November 6, 2001:
http://news.bbc.co.uk/2/hi/events/newsnight/1645527.stm
[67] CBC, Transcript of CBC (Canada) Interview with Michael Springman. CBC: July 3, 2002:
http://www.btinternet.com/~nlpWESSEX/Documents/springmaninterview.htm
[68] Benjamin Weiser, U.S. Ex-Sergeant Linked To bin Laden Conspiracy. The New York Times: October 30, 1998:
http://www.nytimes.com/1998/10/30/world/us-ex-sergeant-linked-to-bin-laden-conspiracy.html?pagewanted=1
[69] Ton Hays and Sharon Theimer, Egyptian agent worked with Green Berets, bin Laden. The Associated Press: December 31, 2001:
http://www.angelfire.com/ny5/libertystrikesback/AliMohammed.html
[70] Jacob Goodwin, Inside Able Danger – The Secret Birth, Extraordinary Life and Untimely Death of a U.S. Military Intelligence Program. Global Security News: September 25, 2005:
http://911citizenswatch.org/?p=673
[71] Douglas Jehl, Four in 9/11 Plot Are Called Tied to Qaeda in ’00. The New York Times: August 9, 2005:
http://www.nytimes.com/2005/08/09/politics/09intel.html?ex=1281240000&en=bc4d02afa0a46012&ei=5090
[72] Stephen W Smith, New Pre-9/11 Intel Questions. CBS news: August 9, 2005:
http://www.cbsnews.com/stories/2005/08/09/terror/main769440.shtml?tag=contentMain;contentBody
[73] Catherine Herridge, Molly Hooper and Liza Porteus, Third Source Backs ‘Able Danger’ Claims About Atta. Fox News: August 28, 2005:
http://www.foxnews.com/story/0,2933,167130,00.html
[74] Atta files destroyed by Pentagon. The Washington Times: September 21, 2005:
http://washingtontimes.com/news/2005/sep/21/20050921-102450-4688r/
[75] Ibid.
[76] Douglas Jehl, Senators Accuse Pentagon of Obstructing Inquiry on Sept. 11 Plot. The New York Times: September 22, 2005:
http://www.nytimes.com/2005/09/22/politics/22intel.html
[77] Philip Shenon, Pentagon Bars Military Officers and Analysts From Testifying. The New York Times: September 21, 2005:
http://www.nytimes.com/2005/09/21/politics/21intel.html?ex=1284955200&en=ca91fe8ed7997532&ei=5088&partner=rssnyt&emc=rss
[78] Louis Freeh, An Incomplete Investigation. The Wall Street Journal: November 17, 2005:
http://www.opinionjournal.com/extra/?id=110007559
[79] Michael Isikoff, Exclusive: The Informant Who Lived With The Hijackers. Newsweek: September 16, 2002:
http://www.newsweek.com/id/65649
[80] George Wehrfritz, Catharine Skipp and John Barry, Alleged Hijackers May Have Trained At U.S. Bases. Newsweek: September 15, 2001:
http://www.newsweek.com/id/75797
[81] Hijack ‘suspects’ alive and well. BBC: September 23, 2001:
http://news.bbc.co.uk/2/hi/middle_east/1559151.stm
Por Andrew Gavin Marshall http://decepcionobama.blogspot.com

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