viernes, 15 de febrero de 2013

Meteorito




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Una colisión con un asteroide amenaza a la Tierra el 15 de febrero de 2013. Si el asteroide 2012 DA14, localizado hace unos días, impactara a nuestro planeta, la magnitud de la catástrofe será comparable con la caída del meteorito de Tunguska en Rusia, advierten los científicos.

El asteroide 2012 DA14 fue encontrado el pasado 23 de febrero por astrónomos del Observatorio Español de La Sagra. Luego, sus datos fueron confirmados por científicos franceses, italianos y norteamericanos.

Según sus cálculos, la órbita del asteroide con un diámetro de entre 40 y 95 metros, cruzará la órbita terrestre. Los astrónomos han calculado que el 15 de febrero de 2013, el asteroide va a pasar a solo 26.9 mil kilómetros de nuestro planeta, que es inferior a las órbitas de los satélites geoestacionarios(cerca de 35.000 kilómetros). Pulkovo Víctor Lvov, funcionario del Observatorio de kvazisputnikam en Rusia, dijo que el 2012 DA14 “pertenece” al tipo de asteroides que periódicamente se acerca a nuestro planeta por detrás, y a continuación o después, por delante de él.

Cálculos preliminares, a las 19:25 (GMT) del 15 de febrero de 2013 el cuerpo celeste se acercará a nuestro planeta a unos 26.900 kilómetros.


“Estos son objetos que se mueven de vez en cuando cerca de la Tierra de hecho, ellos no van alrededor de la tierra, pero en un sistema de coordenadas con dos centros (con el Sol y la Tierra) será como dar la vuelta alrededor de la Tierra” citó. Ahora es imposible predecir que pasará en el encuentro con la Tierra del 2012 DA14. “Tenemos que verlo, puede estar más lejos de la Tierra, y luego acercarse más, incluso, lo suficiente como para caer a tierra, con alguna probabilidad de que impactará a la Tierra.

Nuevas observaciones nos permitirán refinar los datos orbitales y saber con precisión el destino de este objeto, dijo el científico. Aunque el asteroide 2012 DA14, en caso de impactar la tierra no dará lugar a la muerte de todos los seres vivos, la escala puede ser comparable a la catástrofe de Tunguska en 1908, agregó.

El cuerpo celeste pertenece a la familia de los asteroides de Apolo, cuyas órbitas se cruzan con la terrestre. Alrededor de dos tercios de los asteroides conocidos que se acercan a la Tierra son de este tipo. Según los datos disponibles, el cuerpo celeste puede medir entre 40 y 95 metros de largo.

Posible trayectoria del asteroide 2012 DA14.


Los astrónomos seguirán recopilando datos sobre 2012 DA14 y precisando la información sobre su trayectoria. De acuerdo con los cálculos de los astrónomos, los asteroides grandes pueden caer a la Tierra en promedio una vez cada 100 mil años. En casos excepcionales, pueden plantear una amenaza a la existencia de vida en nuestro planeta, como lo fue durante la extinción masiva de los dinosaurios hace unos 65 millones de años.

La mayor preocupación es el asteroide Apophis, que se puede encontrar con la Tierra en el 2036. Ese cuerpo celeste se acercará a nuestro planeta el 13 de abril del 2029 a una distancia de 37 a 38 mil kilómetros. Pero incluso después de 7 años, 13 de abril de 2036, Apophis se acercará a la Tierra a una distancia peligrosa, pudiendo tropezar con ella. Sin embargo, la probabilidad de esto es insignificante.

Fuente: Universitam.com

El asteroide 2012 DA14 fue detectado el pasado 23 de febrero por los especialistas del Observatorio Astronómico de La Sagra, situado en el sur de España.


Qpina:

De acuerdo con los cálculos preliminares, a las 19:25 (GMT) del 15 de febrero de 2013 el cuerpo celeste se acercará a nuestro planeta a unos 26.900 kilómetros, una distancia menor que las órbitas de los satélites geoestacionarios (cerca de 35.000 kilómetros), según los datos publicados en la web de la NASA. En términos astronómicos vendría a ser como “un roce” entre la Tierra y un asteroide. Este cuerpo celeste es relativamente pequeño pero que, dependiendo de la zona y circunstancias del impacto, podría causar daños de consideración, pero no a escala global.

En promedio, un objeto del tamaño de un coche entrará en la atmósfera de la Tierra por lo menos una vez al año, produciendo una espectacular bola de fuego en el cielo. Y cada 2.000 años un objeto del tamaño de un campo de fútbol impactará la Tierra, causando importantes daños locales. Y luego, cada pocos millones de años, una roca con una circunferencia que se mide en kilómetros, chocará con el planeta produciendo efectos globales.
Los estudios geológicos llevados a cabo durante las últimas décadas nos han mostrado que nuestro planeta ha sido sometido a un bombardeo meteórico similar al sufrido por la Luna, e incluso más intenso. En realidad, debido a su mayor fuerza de gravedad, la tasa de impactos en la Tierra es 1.5 veces más alta que la de nuestro satélite natural.

El rango de tamaño de los objetos impactantes se halla entre cuerpos de pocos metros hasta otros de varios Km de diámetro, produciendo efectos muy distintos y factores diferentes: el diámetro del impactante, su velocidad, su densidad, el lugar en el que se produzca el impacto ya sea en mar o en tierra, etc. Un ejemplo de esto lo fue el “Suceso de Tunguska” cuyo pequeño impacto (30 de junio de 1908) ha pasado desapercibido, debido a que éste tuvo lugar sobre un paraje del planeta prácticamente despoblado. Que hubiera ocurrido si el hecho hubiese acontecido sobre un núcleo urbano o una zona densamente poblada?

El impacto de un asteroide o cometa con un diámetro de unos 10 Km liberaría unos 100.000 megatones de energía, lo equivalente a más de cinco millones de bombas atómicas como la que destruyó Hiroshima o 100 veces los actuales arsenales de armas nucleares. El impacto, que produciría una compresión de 10000 GPa, provocaría un terremoto de magnitud 12 en la escala de Richter, vientos de más de 500 Km/h y un calentamiento del punto de impacto en unos 100.000°C, temperaturas capaces de fundir instantáneamente entre 10 y 100 veces la masa del proyectil.

El impacto del meteorito en el mar provocaría una masa de gas de 700 km de diámetro.

Si el impacto tuviese lugar sobre el océano, el meteorito y una gran masa de agua pasarían a estado gaseoso, generándose una gran pluma de vapor con un diámetro de unos 700 Km, 50 veces mayor que el espesor de la atmósfera terrestre. En total una masa de vapor de agua, material fundido y vaporizado entre 10 y 100 veces mayor que la del propio meteorito sería eyectada a gran velocidad hacia la estratosfera, pudiendo llegar un pequeño porcentaje de los fragmentos a alcanzar la velocidad de escape suficiente (11.2 Km/s) como para huir de la gravedad de nuestro planeta. Pronto todo este vapor recondensaría en lluvia y nieve “sucia”, debido a la mezcla de ésta con parte del material sólido eyectado, tardando en retornar a la superficie de nuestro planeta varias semanas o meses.

La violencia del impacto generaría un cráter de unos 150 Km de diámetro con una protuberancia central causada por rebote elástico y produciría movimientos en masa en márgenes continentales y turbiditas en la base del océano. La colisión en el océano daría como resultado un cráter algo mayor y más plano que el producido en tierra firme,debido a la inestabilidad de la pared o borde del cráter bajo las aguas del océano, existiendo la posibilidad de la ruptura de la corteza oceánica, lo cual dejaría una marca morfológica, gravitatoria y magnética importante.

Uno de los efectos inmediatos de esta colisión sería la aparición de enormes tsunamis que barrerían los océanos de la Tierra hasta batir contra la costa. La altura inicial del tsunami en el punto de impacto sería igual a la profundidad del océano. Así, por ejemplo, un choque de un bólido de 10 Km de diámetro en un océano de 5 Km de profundidad formaría un tsunami de 5 Km de altura inicial que habría disminuido hasta “sólo” 150 metros tras haber recorrido medio planeta en unas 27 horas. Esta enorme ola erosionaría violentamente todas las plataformas externas e inundaría las áreas continentales.

El impacto de un asteroide (diámetro de unos 10 Km) liberaría unos 100.000 megatones de energía, es decir más de cinco millones de bombas atómicas.

También provocaría un aumento de energía calorífica en la atmósfera debido a:

- Calentamiento directo por fricción mientras el proyectil atraviesa el aire.
- Explosión atmosférica y desintegración del objeto (o parte de éste) en el aire.
- Expansión explosiva del proyectil y de las rocas situadas en el lugar del impacto tras la colisión.
- Movimiento de los materiales eyectados a través del aire y calentamiento de éste por las propias eyecciones.

Tras el impacto se produciría un masivo desplazamiento de aire caliente y partículas incandescentes desde el lugar del choque, lo cual provocaría importantes incendios durante meses en áreas continentales cercanas, pudiendo llegar a consumirse hasta un 20% de la reserva forestal mundial.

El abrasamiento de la vegetación daría como resultado la formación de hollín de carbono puro, que oscurecería el planeta impidiendo la llegada de luz solar a la superficie. Durante meses o incluso años, el calor generado por el impacto y la caída de las eyecciones procedentes de éste producirían un importante calentamiento de la atmósfera (+10°C) y de la superficie terrestre, principalmente en las zonas más próximas al lugar de la colisión: se calcula que la temperatura podría incrementarse en más de 400°C en un radio de 5000 Km y aún mucho más aún en un radio de 1000 Km.

Expansión explosiva del proyectil y de las rocas situadas en el lugar del impacto tras la colisión.

Una vez sufrido el calentamiento inicial se produciría un efecto opuesto: el polvo generado por el impacto se distribuiría por la atmósfera terrestre en pocos días, provocando lo que se denomina un invierno nuclear: un periodo de varios meses de oscuridad y de descenso de la temperatura global del planeta. Se ha calculado que el bloqueo total de la radiación duraría de días a semanas y que el fenómeno de oscuridad podría persistir entre 3 y 6 meses, hasta que el polvo se sedimentase sobre la superficie terrestre.


¿Qué implicaciones tendría todo esto?

- Una reducción drástica de la temperatura atmosférica, llegando a ser ésta en el interior de los continentes inferior a la del punto de congelación del agua. Podrían producirse importantes nevadas de hasta 6 metros de altura en los continentes, a excepción de las zonas costeras, en donde la temperatura se halla amortiguada por las masas de agua oceánicas. Los océanos no sufrirían un enfriamiento tan radical, debido a su gran capacidad calorífica. Las temperaturas por debajo del punto de congelación en una buena parte del globo terrestre y las importantes nevadas podrían incrementar el albedo de la Tierra, lo cual conllevaría un mayor descenso de las temperaturas e iniciaría una glaciación que persistiría durante un periodo de tiempo indeterminado.

- El colapso de la fotosíntesis y la ruptura de la cadena alimenticia, que produciría extinciones en masa de los consumidores primarios y secundarios, herbívoros y carnívoros, dependientes directa o indirectamente de las plantas terrestres o el fitoplancton. La reproducción de los animales terrestres también se vería afectada, sucumbiendo éstos por falta de alimento y por no poder soportar las condiciones climáticas adversas. La alteración de la fotosíntesis del fitoplancton también conllevaría el colapso de la cadena alimenticia marina: en seis meses el zooplancton devoraría al fitoplancton para después acabar muriendo.

Invierno nuclear.

Tras este periodo de frío se produciría el fenómeno opuesto: desde el lugar del impacto se eyectarían por volatilización, además de otras sustancias tóxicas procedentes del impactante (Ni, Cr, Co...), grandes cantidades de H2O, CO2, SO2 y NOX, que inducirían un efecto invernadero en el planeta y contaminarían toda la superficie del mismo, provocando lluvias ácidas (ácidos nítrico y sulfúrico) que acidificarían la superficie marina y provocarían la extinción en masa de la fauna planctónica. El calor producido por el efecto invernadero (+10°C) no cesaría hasta que el plancton marino y la flora terrestre volviesen a surgir, algo que podría llevar entre 10.000 y 30.000 años.

Podemos decir que los efectos más destructivos que se producen a causa del impacto de un asteroide son:

- Calor inicial producido por el impacto (colisión, incendios...).
- Viento y tsunamis.
- Frío y oscuridad (invierno nuclear).
- Destrucción de la capa de ozono.
- Lluvias ácidas y envenenamiento por toxinas.
- Efecto invernadero.

Naturalmente es importante tener en cuenta que estos fenómenos serán más acusados o severos en función del diámetro, velocidad o lugar en el que tiene lugar el impacto (continente, océano, explosión atmosférica). Asimismo es importante tener en cuenta que no todos los ambientes del planeta sufrirían con la misma intensidad las consecuencias de una colisión de un cometa o asteroide contra la Tierra.

Fuente: LPJ USRA


“Suceso de Tunguska” - 30 de junio de 1908.

Qpina:

Los efectos del impacto de un cuerpo asteroidal o cometario explicados anteriormente han sumido a la Tierra en periodos de oscuridad y provocado importantes crisis biológicas, afectando muy drásticamente en varias ocasiones la evolución de la vida en nuestro planeta. Los estudios estadísticos, basados en observaciones astronómicas y evidencias geológicas, muestran que un fenómeno como el sucedido en Tunguska tiene lugar cada 2000 años. Se estima que los impactos de bólidos de diámetros mayores a 2.5 Km ocurren cada 10 millones de años y que la frecuencia con la que un cuerpo mayor de 10 Km de diámetro choca contra la Tierra se halla en torno a una vez cada 100 millones de años.

Naturalmente todas estas cifras son estimativas, pero claramente muestran que estos catastróficos eventos, tarde o temprano, tendrán lugar de nuevo.


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